Con motivo de la reforma de su rincón taurino, el matador de toros Manuel Cano El Pireo invitó a un grupo de taurinos para mostrarles este santuario. Allí muestra sus más preciados trofeos, entre ellos el Manolete, logrado en tres ediciones seguidas ( años 1965 -1966 y 1967) y el Escapulario del Señor de los Milagros, de Lima, el máximo galardón de la temporada sudamericana, que solo lo poseen las más grandes figuras del toreo. El Pireo alcanzó las más altas cotas de prestigio y popularidad en su época con trofeos en las ferias más importantes.