Música, danza y poesía se dieron la mano ayer en un espectáculo innovador en el Teatro Góngora, Córdoba y sus patios, que se estrenó ayer dentro de las actividades del Festival Internacional de Piano Guadalquivir. Una producción propia dirigida por la pianista, directora y fundadora del festival, María Dolores Gaitán, con el que rinde homenaje «a la cultura musical, a la historia y a las personas que con su esfuerzo han logrado mantener viva la memoria de una ciudad que cuenta con cuatro declaraciones de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad». Y allí, sobre las tablas del Teatro Góngora, tuvo lugar el estreno mundial de la obra Brumas del Guadalquivir, del compositor y escritor jerezano Antonio Blanco Tejero, autor de diversas bandas sonoras y montajes teatrales. Además, se interpretó Nana Sefardí, de Lorenzo Palomo. El programa incluyó además obras de Manuel de Falla, Isaac Albéniz, Luigi Boccherini, Joaquín Turina y Gaspar Cassadò. Como solistas estuvieron la propia María Dolores Gaitán al piano, Inmaculada Almeda (soprano), Álvaro Toscano (guitarra) y María de los Ángeles Ruiz (contrabajo). El baile corrió a cargo de Cristina Cazorla y Juan Carlos Avecilla, y Máximo Ortega recitó.