FICHA

El castillo fue construido a partir de 1340 por Martín Alonso de Córdoba, que destruyó parcialmente la antigua fortaleza musulmana de Dos Hermanas para aprovechar sus materiales.

La visita

Está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1985. Pertenece a los Duques de Frías y actualmente no es visitable por una dispensa de la Junta de Andalucía a los propietarios.

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Está considerado como uno de los mejores ejemplos de la arquitectura militar de la provincia de Córdoba, con sus tres torres recortando el cielo sobre la villa de Montemayor, a la que brinda su protección desde el siglo XIV.

Fue Martín Alonso Fernández de Córdoba, adelantado mayor de la Frontera, quien, para mejorar la defensa de la zona ante las incursiones del rey nazarí Muhammad IV, pidió permiso de repoblación al rey Alfonso XI, obteniéndolo el año 1340. Entonces comienzan las obras de la fortaleza que vemos hoy, para la que utilizó materiales de la vecina fortaleza de Dos Hermanas.

El Castillo de Montemayor, también conocido como Castillo Ducal de Frías, construido sobre un montículo en el centro de la localidad, tiene una planta trinangular y cuenta con tres torres: la del Homenaje, que es la más importante, la de las Palomas y la Torre Mocha, llamada así porque carece de almenas. Las torres se unen entre sí por fuertes murallas con paso de ronda superior, que rodean un patio de armas de planta cuadrada y acogen diversas estancias, ya que el recinto no solo tuvo uso militar, sino que fue, y aún lo es, residencia de sus propietarios y acogió uno de los mejores archivos nobiliarios de España, que llevó al castillo el último duque de Frías, José Fernández de Velasco y Sforzza, y que fue cedido al Archivo Histórico Nacional tras su muerte en 1986.

A pesar de su importancia histórica, solo se puede admirar su imponente fachada exterior, pues aunque el castillo está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) desde el año 1985, no es visitable merced a la dispensa otorgada en 2010 -y renovada en 2017- por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía a su actual propietaria, María Concepción de Silva y Azlor de Aragón. El Ayuntamiento montemayorense, sin embargo, insiste en la apertura del castillo al público y lleva años tratando de que se revise tal dispensa para que el castillo se pueda visitar, al menos, cuatro días al mes, según establece la Ley de Patrimonio Histórico Andaluz sobre los lugares BIC. Así, el pasado año decidió acudir a la justicia, que aún no ha resuelto sobre el litigio con la Junta.

La propietaria consiguió una dispensa para no tener que abrir al público su residencia, aunque en el pueblo aseguran que ahí no vive nadie. CASAVI

Mientras la justicia determina si se podrá o no visitar el interior del castillo, se puede, al menos, admirar la construcción desde el exterior. El estado de conservación del recinto, que ocupa unos 6.000 metros cuadrados, es bastante bueno, y no se deben pasar por alto sus tres torres, el símbolo distintivo de la fortaleza. La más destacada es la del Homenaje, que supera los 20 metros de altura. Está culminada por almenas y cuenta con cuatro garitas en los vértices, así como ventanas de arcos de herradura bajo alfiz. La torre de las Palomas muestra un aspecto similar, aunque es más baja y carece de los garitones de su hermana mayor.

Y también tiene su leyenda. Enrique López Sillero, de la Plataforma Visitemos el Castillo, asegura que un antiguo mandadero del castillo le contó que fue aquí, y no en Estoril, donde tuvo lugar el desgraciado accidente que costó la vida al infante Alfonso de Borbón en 1956. No hay que olvidar que el último duque de Frías fue tutor del rey emérito cuando éste aún era príncipe. De hecho, don Juan Carlos ha visitado en varias ocasiones la localidad y la casa del que fue su tutor.

RECOMENDACIONES

PARROQUIA DE NTRA. SRA. DE LA ASUNCIÓN

Una visita a Montemayor no puede culminar sin conocer la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. El templo, que consta de tres naves, responde a las características de la arquitectura renacentista de fines del siglo XVI, fecha de la que data el núcleo original, al que se fueron añadiendo nuevas capillas, sobre todo, en el siglo XVIII, de ahí la mezcla de estilos gótico-mudéjar y barroco. Cabe destacar el magnífico retablo renacentista encargado al escultor cordobés Pedro Freire Ladrón de Guevara en 1631.

LA RUTA DE LAS FUENTES

También merece la pena conocer el entorno natural de la localidad a través de la llamada Ruta de las Fuentes. Esta ruta lineal recorre una distancia de 7,3 kilómetros, con una duración de algo más de dos horas a pie. Su dificultad es baja y es posible realizarla durante todo el año, sobre todo, a pie, a caballo y en bicicleta. El itinerario une las localidades de Montemayor y Fernán Núñez, pasando por algunas fuentes de ambos municipios y por fincas donde se han encontrado restos arqueológicos de la antigua ciudad de Ulía.

GASTRONOMÍA Y ALOJAMIENTO

La gastronomía montemayorense es fundamentalmente tradicional, siendo los platos más típicos de la localidad la gallina en pepitoria y el cocido andaluz. No falta la repostería, con sus gañotes -pestiños-, las gachas o los roscos de Semana Santa. Los vinos y aceites son dos de los productos más destacados por su calidad, especialmente los primeros, enmarcados en la DO Montilla-Moriles. Montemayor cuenta con dos hoteles-restaurantes muy afamados y varios alojamientos rurales.