FICHA

Fortaleza levantada en el siglo VIII y reconstruida a principios del siglo XX por el conde de Torralva y el arquitecto Fernández Casanova.

La visita

Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento desde 1985.

Horario

De lunes a viernes, de 10.00 a 14.30 h y de 16.30 a 20.00 h. S, D y festivos de 11.00 a 20 horas.

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El castillo de Almodóvar del Río es uno de os nuestros edificios históricos más internacionales, un honor que debe agradecer al séptimo arte, ya que en las últimas décadas ha sido escenario de numerosos rodajes cinematográficos. Por él pasearon Ava Gardner y Omar Shariff en la serie de la BBC Dardanelos; Vanessa Redgrave y Richard Harris, en Camelot, o los personajes de la popular serie Juego de Tronos. La última en sumarse ha sido Warrior Nun, serie estrenada a principios de este mes.

Pero el castillo de Almodóvar tiene tras de sí una larga y espectacular historia que parte del siglo VIII.

Las primeras noticias de la existencia de esta fortaleza parten del 741. Como explica el historiador Francisco García del Junco en su tesis sobre el Castillo de Almodóvar hacia el «740 Almodóvar servirá de límite en el primer reparto peninsular entre los musulmanes». Diecinueve años más tarde serviría de «refugio al último gobernador del Emirato Dependiente», derrotado por el Abderramán I, que se convertiría en el primer emir independiente de Córdoba.

La fortaleza está construida sobre un cerro, situado junto al río Guadalquivir, de 252 metros sobre el nivel del mar y 131 metros sobre la población de Almodóvar, como señala García del Junco. Esta ubicación, además, de dificultar el acceso de los invasores, «otorga la mayor de sus cualidades tácticas: un enorme alcance visual del territorio».

Durante los reinos de taifas perteneció a distintos reyes y en el califato omeya y las dominaciones almorávides y almohades la fortaleza dependería de Córdoba. «Es decir -señala García del Junco- cada vez que aparece un poder central fuerte la fortaleza depende de él», lo que evidencia «que era un elemento de primer orden en el juego político y en la táctica militar».

El Castillo de Almodóvar llegó a ser residencia real. En sus aposentos se alojó el rey Pedro I, y más tarde lo hizo su hermanastro, Enrique II. A. J. GONZÁLEZ

En 1240, cuatro años después de la conquista de Córdoba, Fernando III se hace con la fortaleza y se inaugura así su periodo cristiano. Es en este momento cuando, subraya el historiador, se lleva a cabo «la mayor de sus reformas» con el objetivo de «consolidar los castillos que se van reconquistando y hacerlos de nuevo operativos». Esas modificaciones llegaron a cambiar «casi totalmente su fisonomía original».

Durante el siglo XIV será la residencia de Pedro I y también de su hermanastro Enrique II durante los periodos que pasaban en Andalucía. Se dice que en este lugar, y más concretamente en la mazmorra, el rey Pedro guardó su tesoro, un tesoro, que según cuentan, buscó hasta la saciedad su hermanastro Enrique.

En el primer tercio del siglo XVI la fortaleza se vendió a un particular, a Francisco del Corral, que adquiere junto a ellos su señorío.

Será a finales del siglo XIX cuando su propietario, Rafael Desmaissieres y Farina, conde de Torralva, comience la restauración de la fortaleza, que en aquella época estaba en muy mal estado y que había sido usada como cantera. Para ello se puso en contacto con los mejores arqueólogos y especialistas del momento y fue el arquitecto Adolfo Fernández Casanova, restaurador de la Catedral de Sevilla, el responsable, junto con el conde, de devolver al castillo a su momento de esplendor. Ninguno vieron su espectacular obra terminada, pero hoy la fortaleza, propiedad del marqués de la Motilla, es una de las mejor conservadas y admiradas del territorio nacional.

RECOMENDACIONES

EL PUERTO ROMANO

Ubicado en plena campiña, Almodóvar conserva importantes restos arqueológicos que nos hablan la importancia que tuvo en el pasado esta localidad. El Portus Romano es uno de sus vestigios históricos más importantes. Se trata, como su nombre indica, de un antiguo puerto de la etapa romano de esta localidad, el lugar desde donde embarcaban las ánforas de aceite procedente de las villas que se ubicaban en esta zona y que surcaban el cauce del Río Betis hasta llegar a su destino.

PLAYA DEL EMBALSE LA BREÑA II

El embalse de la Breña II, situado junto a Almodóvar del Río, es una de las playas de interior que se pueden disfrutar en la provincia. Cuenta con infraestructuras de ocio y de restauración, así como con un club náutico para la práctica de diversas actividades deportivas, como la pesca o la vela.

Por otro lado, desde hace más de una década, en la Breña II existe uno de los campamentos más populares de Europa de ‘wakeboard’, ‘wakesurfing’ y esquí acuático que cada año visitan deportistas y entrenadores de primer nivel.

TALLER DE MOSAICOS ROMANOS

En una de las empinadas calles que ascienden hacia el cerro del Castillo de Almodóvar y muy cerca del ‘portus romano’. Un vecino de la localidad, Ángel Vargas, elabora mosaicos de manera artesanal, siguiendo la misma técnica de hace miles de años. Para su elaboración, que en ocasiones le lleva hasta una década de trabajo, recoge los cantos rodados del río y a golpes de martillo y cincel, sobre una cuña, fabrica las miles de teselas que conforman el mosaico. Aunque es un taller privado, Vargas abre sus puertas a las visitas.