La crisis sanitaria del coronavirus ha hechos estragos en muchos sectores, notablemente también en la cultura. Muchos han sido los eventos culturales que se han cancelado desde que aquel 14 de marzo se decretara a nivel nacional el estado de alarma. Ahora, cuatro meses después, muchas cosas parecen ir volviendo a la normalidad, una nueva normalidad un tanto atípica. Jóvenes artistas como los cordobeses Fede Algarra, Alex Sereno o los componentes de la banda Same Fire han sido algunos de los afectados del sector cultural. No les ha quedado más remedio que adaptarse a las circunstancias de esta nueva normalidad en la que nos encontramos.

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A cada uno de ellos, profesionalmente, la pandemia les pilló en momentos diferentes de sus carreras, pero para todos fue algo complicado. «Nosotros tuvimos que aplazar hasta septiembre la salida de nuestro segundo disco» detalla Edu Sánchez, vocalista de la banda Same Fire. Se refiere a As humans, un disco «muy trabajado, sin pensar en el directo sino más en el EP, de hecho no sabemos si ahora habrá directos», dice Álvaro Guerrero, guitarrista del grupo.

As humans esperaba ver la luz a finales del pasado mes de abril y ahora está en preventa; en él reflexionan sobre las relaciones personales, la muerte, la despedida o incluso la relación con la religión. «Es algo más trascendental, más maduro, antropocéntrico y profundo, pero en definitiva abordamos cuestiones comunes, que todo el mundo ha experimentado y que el oyente puede llevarse a su terreno».

Para Fede Algarra la cosa no fue muy diferente ya que se encontraba en la post producción de su primer EP, Alta Mar, que salió a la venta hace poco más de un mes. Al joven cineasta Alex Sereno la llegada de la pandemia le hizo cambiar sus rutinas de trabajo. «Yo me encontraba rodando Violeta y los días grises, mi siguiente trabajo, y tuve que cortar el rodaje a pocos días para finalizarlo», trabajo que ha retomado en este mes de julio tras el estreno en Córdoba de su primer largometraje, Siempre es otoño, que le ha llevado por diferentes festivales internacionales.

El cine ha sido uno de los sectores más azotados por todo esto. A pesar de que en la fase 2 de la desescalada se permitiera la reapertura de las salas, su incorporación a la normalidad fue paulatina y a los espectadores, como en casi todas las actividades sociales, le cuesta dar un paso definitivo para salir de casa. La poca acogida de público, unida a los escasos estrenos que se están realizando es algo que se lleva «muy mal», como afirma Sereno. La suerte de algunos creadores de cine ha venido de la mano de las plataformas de vídeo bajo demanda. Estas han sido nuestras grandes aliadas durante el confinamiento y a Sereno, este joven cineasta cordobés, le han brindado la oportunidad de distribuir a gran escala su opera prima. La encargada de ello será Amazon Prime, donde la próxima semana se espera poder ver entre su catálogo Siempre es otoño.

En el sector musical la situación es parecida, y todo esto es especialmente sufrido para artistas noveles, que encuentran una mayor dificultad para poder tocar en salas. «Como artistas amateurs el trabajo para buscar salas donde tocar se hace complicado porque las salas o lo tienen todo cerrado ya o directamente te dicen que igual no pueden volver a abrir» lamenta Sánchez, que considera que deben hacer un doble esfuerzo para seguir adelante.

Pero de todo se aprende, y el sector ha tenido que activarse y reinventarse. En un tiempo donde no había opción a salir de casa, la promoción de los eventos, presentaciones de libros y hasta los conciertos, se trasladaron a las redes sociales. Una promoción «mucho más fácil y con menos trabajo de producción» como afirma Sánchez y que a Algarra le ha funcionado «bastante bien» en la venta de su disco, consiguiendo también que las reproducciones en plataformas como Spotify aumentaran. Sin embargo, para otros como Sereno este tipo de promoción era algo que ya venía haciendo desde mucho antes.

Mientras en otros países como Alemania, Francia o Italia las instituciones gubernamentales han dispuesto partidas económicas para ayudar al sector, en España el tan ansiado Pacto por la Cultura sigue sin establecer medidas concretas y efectivas. «Si te soy sincero ayuda ninguna, y tampoco tengo conciencia de poder acceder a alguna», afirmaba Sánchez, que al igual que Sereno consideran que «no ponen muchas facilidades».

Por su parte, Fede Algarra ve todo esto un poco desde la lejanía que le supone ser estudiante. «Yo no me dedico profesionalmente a esto, pero entiendo a todas esas personas que si lo hacen y tienen un piso que pagar, unos gastos que cubrir, etcétera», reconoce el músico cordobés.

Cada uno de ellos ha intentado sacar de todo esto su lado más positivo y creativo, pero como afirmaba Algarra «durante el confinamiento tampoco te suelen surgir muchísimas ideas». Ahora cada uno continúa de la manera que puede con su trabajo, pero lamentan que haya tenido que pasar todo esto para calibrar la importancia que tiene la cultura en un país.