La experiencia de subir los peldaños originales de las escaleras de caracol hasta los 47 metros de altura de la torre del homenaje del castillo de Belalcázar, la más alta de la Península Ibérica, y luego bajarlos, contó ayer con el añadido de tener que hacerlo con la mascarilla puesta, pero los participantes en la primera visita de esta campaña de verano coincidieron en destacar que mereció la pena y se marcharon encantados y no sólo por la torre sino por todo el castillo.

Fueron dos grupos de 20 personas, en los turnos de las 10.00 y las 12.00 horas, en este primer sábado de visitas guiadas a esta fortaleza, organizadas por la Delegación de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía en Córdoba y que se extenderán al resto de sábados de agosto y septiembre.

El interés por conocer el castillo, propiedad de la Junta desde 2008 y que en el otoño del 2019 terminó las obras de la fase de consolidación y puesta en valor, impulsadas por la Consejería de Cultura, es tal que las visitas que hasta ahora se han realizado, en noviembre del año pasado y con motivo del Día de Andalucía, completaron las plazas disponibles y lo mismo ocurrió ayer y se prevé para los próximos sábados.

Los visitantes, algunos de ellos de la propia localidad de Belalcázar, siguieron las amenas explicaciones de la arqueóloga y guía, Pilar Ruiz, que fue detallando aspectos de la historia, de la construcción, de las torres, del patio de armas o del palacio renacentista y descubriendo hasta detalles curiosos como las marcas de los canteros o inscripciones en piedra de siglos pasados.

Casi dos horas de recorrido en las que destacó la organización con radioguías proporcionadas por Oway Tours, la implicación de la asociación local Andolises, dedicada a la investigación y difusión del patrimonio cultural de la localidad de Belalcázar y de Los Pedroches y, además en esta época de coronavirus, junto a las mascarillas, la distancia de seguridad, el constante uso de gel hidroalcohólico y la desinfección de las radioguías.

Isabel Medina, nacida en Belalcázar, aunque residente en Sevilla, relataba que tenía muchas ganas de entrar y que la visita había sido «fantástica» y Diego Molina, del País Vasco y de vacaciones en una aldea de Fuente Obejuna, señalaba que le había impresionado la torre. Los muchos detalles explicados en la visita es lo que destacaban Pablo y Diego Morillo dos hermanos de San Fernando (Cádiz), aunque su padre es de Belalcázar, donde reside Manolo Suárez que recordaba como de niños se colaban en el castillo y no ocultaba su alegría por la recuperación del edificio tras décadas en ruina.

El castillo fue construido a partir de 1466 por la familia Sotomayor y Zúñiga y constituye una de las más importantes expresiones de fortaleza señorial castellana de la Baja Edad Media. Para visitarlo hay que inscribirse en visitascastillobelalcazar@gmail.com, cada lunes desde las 10.00 horas para cada semana.