Momentos Salamanca: Decathlon y la rotonda sin salida. Camping- gas. Isabel, adiós a Estocolmo, los primeros invitados de su apartamento reformado. Ropa nueva. Ana. Encendido de farolas, luz naranja. ¡Ohhh! Chupito de piruleta. ¡Otro chupito! Quiero la receta. ¿Un euro? Lléneme el bote de la bicicleta, por favor. Dos cuartos de licor de almendra amarga, un cuarto de granadina, un cuarto de lima.

Clavel ocho, Paulaner. Nos echan. Debido a lo que está pasando. Vaya excusa. Lluvia. Balcón de madrugada. Cama que atrapa. Ensaladilla rusa en corteza. O paloma. Siesta. Sofá, luz, fotos. Música coronavirus. Parece domingo. Es domingo. Tormenta, para todo Salamanca, excepto para Jose. Burger. ¿Patatas? ¡Por supuesto! Helado Novelty. Solo de una vitrina. Maldito Covid.

Fotos ovni plaza Mayor. Secuencia balcón - cama que vuelve a atrapar. Farsa de despertador. Coche. Olvido de llaves. Cafetería Mandala. Librería Víctor Jara. Póster. Lee libros, monta en bici, pero no hagas las dos cosas a la vez. Me llevo tres. Coche - llaves - olvido. El otro bucle que no era la cama. ¿Cuántas veces habremos hecho el camino al coche? Creo que ya hay un surquito. Espero que no haya multa.

El desayuno del Mandala: Café con leche, cortado, dos tostadas de jamón de Guijuelo con tomate casero. Batido número 23. Chocolate blanco, nata y sirope de chocolate. Y el 19. Fresas, plátano, yogur y miel. ¿Se sabe todos los números?

¡París! Siempre nos quedará porque no probamos su increíble croissant relleno de chocolate blanco. Fotaca en plaza Mayor (sin ovnis salimos mejor). Cama. Alforjas. Cama. Foto en la calle Toro. Disculpe, creo que está grabando un vídeo. A Toro.

Me creo que de todos los pueblos sale un camino, y hay pueblos donde la carretera acaba, como en Topas. Genero una discusión en la terraza del bar sobre cuál es el mejor camino para ir a Toro. Unos me dicen que dé la vuelta, otros que vaya por pista hasta Fuentesauco. Nadie me recomienda el que finalmente escojo.

En plena siesta, me doy dando cabezazos por estos caminos donde resulta complicado orientarse. Secos, pedregosos, no puedo rodar bien. Tú y tus inventos. Hoy que me espera alguien es el día menos apropiado para improvisar. Pedaleo con rabia y potencia, lleno de energía con el desayuno del Mandala. En San Miguel de la Ribera recargo agua y cojo diez chocolatinas (me como cinco de golpe, no quiero más sorpresas).

Ana llega a Toro a las seis y cuarenta y tres. Tienes un patio precioso para dejar la bici. Voy a un mirador detrás de la iglesia, te voy a ver llegar. Parezco la del muelle de San Blas. Estoy subiendo por la cuesta del Duero. Y yo bajando, espero que por la misma. Ubicación en tiempo real. No era la misma. Al final me vas a esperar tú. A las nueve y tres el grupo En ruta deja de recibir mensajes. Sostengo la bici junto al poyete, el viento no deja de alborotar el pelo de Ana. Le pido que se quite las gafas de sol. Anochece, nos sentamos muy cerca, la Meseta ante nosotros, como dos abuelos a la fresca en la puerta de su casa, un día cualquiera de verano.

Piensa en un viaje, y dentro de ese viaje, un lugar del que no te separarías. Describe los motivos. Qué veías. De qué hablabais. Dilo en voz alta. Quizá suene ridículo. ¿Os hicisteis fotos? Ese es el momento. El camarero sugiere que pidamos otro vino. Nadie sospecha nada.