El curso académico 2016/2017 de la Universidad de Córdoba finaliza marcado por ser un año «muy poco tranquilo», debido a los numerosos movimientos sufridos durante su desarrollo, pero «muy positivo», en el que «se han conseguido la mayoría de los objetivos fijados», apunta el rector de la institución académica, José Carlos Gómez Villamandos.

El periodo lectivo comenzaba con un objetivo principal fijado en el equipo de Dirección, la aprobación de los nuevos Estatutos. Por ello, el Claustro, reunido en diciembre en sesión extraordinaria, aprobó estos con un respaldo de más del 99%. De este modo, la reforma respondía, según el presidente de la Comisión de Estatutos, Antonio Cubero, «no solo a una actualización normativa por imperativo legal, sino a una modernización de criterios, un incremento de garantías para toda la comunidad universitaria, y una mejora del papel de representatividad del Claustro como máximo órgano de gobierno de la institución». Una de sus principales novedades, entre otras, consiste en la inclusión de un pacto ético, que establece la futura aprobación de un Código de Conducta y un Código de Corresponsabilidad exigible al alumnado y basado en la reciprocidad en el ejercicio de los derechos y libertades y el respeto de las personas y de la institución universitaria como bien común de todos cuantos la integran.

En cuanto a la representación estudiantil, este curso también ha estado marcado, ya que, el pasado mes de abril y por primera vez, dos de los integrantes de la Mesa del Pleno del Consejo de Estudiantes, más concretamente su presidente y vicepresidenta, dimitieron de sus puestos, cesando a los otros dos integrantes de la Mesa en un ambiente de «crispación», que desembocó en un vacío de poder dentro de la representación. De este modo, no será hasta el próximo mes de octubre, al no poder haber elecciones durante período de exámenes, cuando se elegirán a los nuevos representantes de la Mesa del CEU, poniendo fin a la gestión de este por parte del Vicerrectorado de Estudiantes a través de los diez presidentes de los diferentes Consejos de los centros de la universidad.

El 2016 también comenzaba, de forma ajena a todos estos movimientos internos que tendrían efecto posterior, con la incorporación de cuatro nuevos itinerarios conjuntos en las ramas de Artes y Humanidades y Ciencias Sociales. Se trata en concreto de los dobles grados en Traducción y Turismo, Estudios Ingleses y Educación Primaria (bilingüe), Traducción y Filología Hispánica e Historia e Historia del Arte. Unas nuevas titulaciones que parecen «haber cumplido todas las expectativas» de la institución, según Gómez Villamandos.

En la misma línea de ampliación de la oferta académica de la UCO, la institución universitaria no podía finalizar este curso sin seguir trabajando en este ámbito. Por ello, recientemente se ha presentado el nuevo grado de Cine y Cultura, dentro del área de Artes y Humanidades, que se pondrá en marcha durante el próximo curso, siendo así la única universidad española en impartir esta titulación, que combinará estudios relacionados con la historia, la historia del arte o la literatura y conocimientos específicos del ámbito cinematográfico, tanto técnicos como empresariales.

Pero todo este movimiento académico le ha servido, además de para seguir trabajando y ampliando su oferta de titulaciones y «seguir creciendo como universidad», para colocarse a la cabeza de numerosos ranking como una de las mejores universidades del ámbito nacional. En este contexto, la UCO ocupa un lugar destacado en Andalucía y se consolida como una de las instituciones académicas de referencia en el ámbito investigador a escala nacional.