Luis López Bellido, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes (Etsiam) es el autor del suplemento compuesto por 10 artículos publicados en la revista Vida Rural a los largo del año 2016, donde expone la situación actual del conocimiento sobre la compleja interacción entre el cambio climático y la agricultura, analizando las estrategias tanto para su adaptación ante un posible nuevo escenario, como del papel que puede desempeñar esta actividad económica en la mitigación de las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero.

-¿Qué expectativas tiene de sus trabajos?

-El cambio climático es un tema muy noticioso y de interés. Trato de hablar de un tema que tiene una gran importancia, no ya solo en el cambio climático, si no en su relación con la agricultura. Soy un agrónomo al que le preocupa uno de los aspectos en los que más puede influir de manera negativa.

-¿Cuál es la realidad del cambio climático en el ámbito de la agricultura?

-El cambio climático es una realidad, pero hay muchas incertidumbres. La ciencia del cambio climático es una ciencia con muchas lagunas aún, por muchos motivos. Tiene el inconveniente de que está muy relacionada con la política, lo que hace que muchas veces se confunda o se emitan juicios no bien fundamentados. El cambio climático viene siendo una realidad desde hace tiempo, lo que ocurre es que actualmente, y de una manera más exhaustiva a partir de la Revolución Industrial, la utilización de los combustibles fósiles ha hecho que la acción del hombre sobre el cambio climático haya tenido mayor relevancia, que es lo que más nos preocupa. Desde el punto de vista agronómico, la acción del hombre sobre el cambio climático se está produciendo desde hace miles de años, desde que se inició la agricultura, ya que el hombre procedió al cultivo de la tierra o a la tala para una actividad tan fundamental como es la agricultura y el poder alimentarse. La discusión está en la intensidad que tiene esta actividad. Algunos hablan de que la agricultura emite un 10% de los gases del efecto invernadero, que es uno de los factores que más influyen. Pero, por otro lado, la agricultura tiene una capacidad que no tiene otras actividades, que es la de capturar el dióxido de carbono mediante la fotosíntesis y acumularlo en el suelo, mitigando así el efecto invernadero. La agricultura tiene un balance equilibrado entre el dióxido de carbono que emite y el que captura para la fotosíntesis.

-¿Se puede decir que la agricultura influye en el cambio climático?

-También es influenciada. Es un efecto recíproco. Influye, por ejemplo, en los insectos polinizadores, en la temperatura, en la diversidad genética o en el regadío. La agricultura es una actividad imprescindible. Para ello están las investigaciones para poder reducir el papel negativo que pueda tener con el calentamiento global y el cambio climático. La agricultura tiene un reto muy importante, vamos a poder sembrar cultivos donde antes no se podían. De todas formas, todos los estudios son fruto de investigaciones en las que aún existen incertidumbres. Evidentemente la agricultura y el cambio climático están muy relacionados y nosotros, los expertos, tenemos que estudiar continuamente lo que está sucediendo.

-¿Cuál cree que es el futuro de la agricultura con respecto a los efectos que produce en el cambio climático?

-La relación entre ambos es indiscutible. Lo que sí hay que discutir es el efecto que tiene la actividad del hombre en el calentamiento global. La agricultura tiene la importancia de que nos da de comer, y es algo imprescindible para la alimentación de la población. La demanda de otros tipos de cultivos en otras partes del mundo hace que la agricultura se esté cuestionando su capacidad de abastecimiento. Lo único que tiene que hacer la agricultura es saber cómo afecta este cambio climático de manera local, conocer qué podemos hacer y cómo aprovecharnos de esto, además de luchar contra él.

-¿Que función cumple la universidad dentro de estas investigaciones?

-En la universidad tratamos las cuestiones prácticas que van a tener repercusión de futuro. No solo investigamos, sino que también tratamos de difundirlo entre los agricultores, como es a través de la publicación Vida Rural, analizando con perspectiva de futuro.