Enseñar y educar. Esa es la finalidad básica que deben cumplir todos aquellos que estudian o quieren estudiar el grado en Educación. Pero, tan importante como enseñar es saber hacerlo. Por ello, desde hace diez años, la Facultad de Educación pone en marcha cada curso académico su aula experimental, más conocida como La Casita. Un proyecto de innovación para la realización de actividades académicas dirigidas en el seno de las materias del grado, en las que sus estudiantes diseñan, desarrollan y evalúan unas intervenciones didácticas realizadas con los niños de los centros de educación Infantil de Córdoba que, durante un día, se trasladan a las dependencias universitarias.

Esta actividad propicia un modelo de formación universitaria «basada en el desarrollo de competencias para llevar a cabo un modelo de actividades de enseñanza-aprendizaje bajo el planteamiento de prácticas profesionales, donde poder analizar y comprender lo que hacen los docentes del ámbito de la educación infantil cuando se enfrentan a las situaciones singulares y reales de su trabajo cotidiano», señala Ana Belén Cañizares Sevilla, coordinadora del proyecto educativo de la Universidad de Córdoba.

Este espacio se convierte así en un «escenario pedagógico», en el que se encuentran los futuros docentes, y donde ponen en práctica los diferentes proyectos diseñados para los escolares, que cuentan con una estructura común para el planteamiento de las actividades. Según su coordinadora, «el aula experimental permite focalizar la investigación sobre los diferentes agentes participantes, los docentes universitarios, los estudiantes del grado de Educación Infantil, los niños de 3 a 6 años que participan y los profesionales de este ámbito».

Fue durante el curso 2007/2008 cuando este proyecto comenzó su andadura como un Proyecto de Innovación Docente, original de las profesoras Mérida, Gallego y Gil y vinculado con el Practicum que en el año 2012 replanteaba su finalidad, dada la nueva regulación de las prácticas profesionales en el terreno de la Educación en el terreno nacional. A largo de sus nueve ediciones se han ido consolidado unas «buenas prácticas» con unas metodologías activas centradas en el alumnado del grado, «dado que se centra en el diseño y la puesta en práctica de propuestas didácticas para la trasferencia del conocimiento teórico a la práctica», apunta Cañizares, mediante talleres con escolares y procesos e instrumentos de evaluación formativa.

A falta de cerrar la memoria de este curso, en la pasada edición se organizaron un total de 18 visitas de 11 colegios de educación Infantil de Córdoba, llegando a participar 825 escolares de 3 a 6 años, gracias al trabajo de 42 maestras de infantil. Las actividades académicas para 465 universitarios fueron organizadas por los trece docentes universitarios. «La Casita cumplirá diez años. Para celebrarlo, qué mejor que agradecer a todos cuantos la han hecho posible, organizados en torno a conferencias y talleres abiertos a toda la ciudadanía. Os esperamos para el próximo curso», concluye su coordinadora.