Miguel Mohedano Gallardo ha sido distinguido recientemente con el Premio a la Excelencia para Investigadores Noveles de la Universidad de Córdoba. Enamorado de la Historia, defiende el papel de la misma para evitar los fallos cometidos en el pasado.

-¿Qué ha supuesto este premio para usted?

-A parte de una importante dotación económica que me ayuda en mi estancia actual en Salamanca haciendo el máster, el reconocimiento como tal es lo que perseguía para ampliar mi currículum y hacerlo destacar en un mundo universitario tan competitivo.

-Su vocación es la Historia, especialmente, la más reciente. ¿Qué es lo que le atrae de ella?

-Desde muy pequeño mi padre me hablaba de Historia. En el instituto y bachillerato quería estudiar medicina y de hecho cursé la rama de Ciencias de la salud, pero gracias a dos de mis profesoras de Historia del IES La Fuensanta, Mercedes Luna y Ana Leña, me decanté por la Historia. La Historia no son solo acontecimientos que se suceden en el tiempo; nos hace conocer el pasado para comprender el presente y, a partir de ahí, cambiarlo para mejorar el futuro. La historia lo imbuye todo y nos hace formar nuestra identidad como personas y como sociedad, además de hacernos reflexionar sobre nuestro papel, a nivel individual y colectivo, en el mundo.

-En un mundo que cambia tan rápido y que parece carecer de memoria, ¿qué papel debe jugar la historia en su opinión?

-Efectivamente la sociedad está olvidando su historia. Vemos cómo las ciencias puras o ciertas ciencias sociales reciben mucha más financiación y apoyo porque hacen progresar la humanidad, mientras que las Humanidades son infravaloradas, olvidadas y denostadas por la misma comunidad científica, la sociedad y los poderes políticos y económicos. Estos y el sistema no quieren que pensemos, que critiquemos y reflexionemos. La tecnología avanza más rápido que la mente humana en esa asimilación de los cambios, que son históricos. Más que nunca, y especialmente en vista de los recientes acontecimientos políticos, la Historia es necesaria para que no se den pasos hacia atrás, para recordar los horrores de la humanidad y no volverlos a cometer; para criticar a los ignorantes que, con falacias sin ningún tipo de fundamentación, guían (y van a guiar) a la ciega sociedad hacia un futuro incierto, pero que quizás sea conocido por los historiadores… Por eso, tenemos un papel crucial: somos los que debemos hacer recordar y reflexionar.

-¿Es la investigación el camino por el que quiere dirigir su carrera profesional?

-Sí. A pesar de que me fascina toda la Historia, la que va del siglo XVIII hasta hoy es sobre la que quiero investigar. Aunque no estén de acuerdo muchos de mis compañeros, creo que la Historia Contemporánea es la más decisiva y directa para entender el presente y poder transformarlo, más que nada por su cercanía temporal con la actualidad. Concretamente, me encantaría profundizar en la cultura, vida cotidiana y mentalidades (incluyendo sexualidad e ideologías) en dicho marco espacial, pero también analizar la historia de las élites políticas españolas y descubrir esa red que nos ha ido gobernando.H