La semana pasada tuvo lugar la celebración de la quinta Conferencia de Directores de Escuelas de Doctorado (CDED) que, en esta ocasión, ha tenido lugar en la Universidad de Córdoba, llegando a reunir a representantes de más de 60 universidades de España. Además, en su acto de clausura tuvo lugar la renovación de la Comisión Permanente, en la que el director de la Escuela de Doctorado de la UCO, Arturo F. Chica, fue nombrado nuevo presidente de la organización.

-¿Qué supone para usted ser el nuevo presidente de la CDED?

-Es una satisfacción personal, un honor y una responsabilidad. El nombramiento es un reconocimiento que agradezco profundamente y espero estar a la altura de los anteriores presidentes, que han hecho que esta asociación haya pasado de ser un proyecto a una realidad consolidada 4 años después. En definitiva, es un nuevo reto personal y profesional.

-Su nombramiento tuvo lugar durante la quinta edición, que ha reunido a representantes de más de 60 universidades. ¿Qué supone para la UCO haber sido sede de esta reunión?

-La UCO propuso ya en la tercera edición celebrada en Las Palmas su candidatura para este encuentro. La consecución de la presidencia de la Conferencia, con que ha finalizado esta edición, supone un reconocimiento al trabajo bien hecho del conjunto de la Universidad de Córdoba. Así, nos hemos dado a conocer, de cerca y en profundidad, a los más de 130 participantes, que han señalado la buena organización del evento. Los visitantes, además, han tenido ocasión de conocer algo más de la cultura de nuestra ciudad y de los productos de sus empresas agroalimentarias.

-¿Qué importancia tienen los estudios de doctorado dentro del ámbito universitario?

-El doctorado es el más alto nivel de formación docente e investigadora que se puede ejercer y que se puede obtener en La Universidad Europea. Su desarrollo es de especial relevancia para la investigación, el avance del conocimiento y la formación académica en la universidad y en la sociedad, en general.

-¿Qué posición ocupa la UCO en cuanto a su oferta y calidad de estudios de doctorado con respecto al resto de universidades del ámbito nacional?

-Sin duda, un lugar destacado. Nuestro profesorado es de los mejores conceptuados en calidad investigadora. En la mayoría de rankings nacionales e internacionales, la UCO aparece en el primer tercio de entre las universidades españolas. Nuestro alto nivel en investigación y transferencia se refleja en unos buenos datos de doctorado y la calidad de nuestras tesis está por encima de la media nacional.

-¿Cree que hay carencias?

-Sin duda, hay campos en los que la UCO no está presente. Se está mejorando en internacionalización. Hay poco realizado aún en Doctorado Industrial, que es una mención nueva que se ha introducido en el nuevo marco doctoral en el 2016 para acercar más el doctorado a las empresas. A nivel de gestión académica hay aún muchas cosas por hacer: el nuevo doctorado, que empezó a implantarse en el 2013/2014, es mucho más estructurado e impone un seguimiento cercano de cada uno de los doctorandos, lo que plantea muchas nuevas dudas y situaciones que deben aclararse y definirse. La extinción de los anteriores sistemas de doctorado nos ha complicado el trabajo; la adaptación a la nueva normativa y sus nuevas implicaciones es algo que aún hay que acabar de implantar, de forma que se controlen los procesos y evaluaciones, sin complicar demasiado a los directores y doctorandos.

-¿Cómo ha evolucionado la UCO en sus estudios de doctorado?

-Se ha controlado la extinción de los antiguos programas de doctorado, lo que ha supuesto dedicarse a acabar y presentar un número más elevado de lo normal de tesis en el 2016, manteniendo su nivel de calidad, y el cierre de más de la mitad de los expedientes que estaban abiertos de años atrás; a partir del 2013 se comenzó la implantación de los nuevos programas, lo que supuso una reestructuración y reducción importante, de casi 30 pasaron a 9 coordinados por la UCO y 2 más en los que participamos de forma más reducida; en estos 4 últimos cursos se ha avanzado en la implantación de sistemas de seguimiento y control de los doctorandos, se ha aumentado la internacionalización, hemos comenzado con los doctorados industriales, y ha crecido el número de tesis defendidas por año, sin descenso de los indicadores de calidad.

-¿Y en cuanto a su alumnado?

-Ha cambiado, lógicamente. Ahora están más implicados en su formación doctoral, diseñan su plan de formación individualizado e informan anualmente del avance de su investigación y de su formación. Antes de finales de este año se celebrarán las elecciones a Consejos de Doctorandos, que serán los órganos de participación del alumnado de doctorado en la toma de decisiones que les afecten. El número de doctorandos activos ha ido creciendo, de 1.250 a unos 1.600 en cinco años, un 5% de crecimiento medio anual. De estos, el porcentaje de extranjeros es cada vez mayor, siendo ya más de un tercio del total.