Los suelos calcáreos que dominan la región sur del país presentan un reto para las plantas: aunque el hierro sea un elemento abundante en el suelo, las plantas no pueden adquirirlo debido al elevado pH de ese suelo, que hace al hierro poco soluble y, por tanto, difícil de absorber. Para vencer ese déficit de hierro, las plantas ponen en marcha una serie de respuestas, como pueden ser desarrollar nuevas raíces para abarcar más suelo o liberar protones para acidificar y solubilizar el hierro.

Las plantas activan y desactivan estas respuestas según sus necesidades, a través de un proceso muy estrictamente regulado, en el que participan activamente hormonas como el etileno, que está también implicado en otros procesos de estrés.

Tras una larga trayectoria estudiando las respuestas ante la deficiencia de hierro que llevan a cabo las plantas, un equipo de investigación, en el que participa el profesor Francisco Javier Romera del Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba, ha encontrado una relación entre las respuestas a la deficiencia de hierro y la respuesta que provocan ciertos microorganismos beneficiosos para las plantas, de manera que estos últimos pueden favorecer la adquisición de hierro.H