Desde su creación, el Aula de Mejora Educativa ha priorizado la incorporación de estudiantes universitarios para colaborar de manera directa con las escuelas. Iniciativa que ha tenido una respuesta más que positiva por parte de los estudiantes, contando este año ya con 50 voluntarios.

Macarena Domíngue, nacida en Buenos Aires (Argentina), y residente en Palma del Río, participó el pasado curso como voluntaria en el CEIP Antonio Gala de Córdoba. Define la experiencia como "gratificante y llena de momentos especiales" que le han enseñado mucho, por lo que este año muestra su intención de volver a colaborar. Esta alumna, que estudia en la Facultad de Ciencias de la Educación, define el voluntariado como "una manera de ayudar a otras personas sin necesidad de grandes recursos materiales o económicos". A lo que añade que la experiencia le ha permitido "conocer otros contextos educativos y otras formas de trabajar en el aula", con las que se logra la evolución y progreso del alumnado.

Virginia González es también estudiante de Grado de Educación Infantil de la UCO. El pasado curso tuvo la oportunidad de colaborar como voluntaria en un aula de infantil del CEIP Antonio Gala, y asegura que "los niños agradecen mucho la labor, y son extremadamente cariñosos y atentos". Poder estar en un aula trabajando con los niños y colaborando con los maestros es "un privilegio que solo se da en las comunidades de aprendizaje". Consciente de la ayuda que necesitan estos centros, Virginia afirma que "sería interesante que participaran alumnos de cualquier titulación, ya que podrían llevar a cabo actividades curiosas e innovadoras".

La visión de estas alumnas es una muestra de que la voluntad es el motor fundamental para el cambio social y educativo de estos centros.