Alberto Redondo es profesor de Zoología y documentalista, dos actividades que la Universidad de Córdoba le ha permitido compaginar en el proyecto Roatán,

-Seguro que le han dicho alguna vez que es un Félix Rodríguez de la Fuente. ¿Se siente un poco así?

-¡Ya quisiera yo! Félix fue alguien irrepetible. Su figura me inspiró desde niño y gracias a su influencia hoy soy feliz haciendo mi trabajo. Toda una generación se forjó gracias a sus documentales y a su carisma. La naturaleza en España y en todo el mundo tiene una deuda infinita con él. Es sin duda mi gran referente.

-¿Cómo surgió la idea de hacer documentales de naturaleza?

-Precisamente gracias a Félix Rodríguez de la Fuente. Con solo cuatro años ya les dije a mis padres que eso era lo que yo quería hacer de mayor. Fue un camino muy difícil porque se trata de un sector complicado. Llegué hasta Nueva Zelanda a proponer un proyecto a una productora, pero una y otra vez fracasaba. Fue en mi propia casa, en mi querida Universidad de Córdoba, donde encontré el apoyo para realizar el primer documental para divulgar un proyecto de investigación que acababa de finalizar sobre comportamiento de caballos, hace ya más de una década.

-¿Cree que esa pasión por el mundo natural lo hace mejor profesor?

-Me encanta mi trabajo de profesor y desde que hago documentales cuento con una herramienta para la docencia que me permite captar más la atención de los estudiantes. El cine es un medio excelente para transmitir emociones, que son las que de verdad consiguen que aprendamos cosas nuevas y sobre todo que crezcamos como personas. Además, los documentales me han permitido desarrollar más que antes la investigación.

-Como profesor ha embarcado a cuatro alumnos en el proyecto Roatán, en el que han realizado modelos 3D del fondo marino del Parque Natural de Roatán (Honduras). ¿Cuál es el objetivo de este proyecto?

-El principal objetivo del proyecto es formar como profesionales a estos alumnos en un sector muy innovador y con un gran futuro por delante. Se trataba de poner a punto una técnica que poquísima gente en el mundo domina y conseguir con ello que estos jóvenes puedan desarrollar un trabajo de alto valor científico y técnico. Los modelos que hemos sido capaces de conseguir están al mayor nivel que ahora mismo se puede alcanzar y tienen una enorme utilidad para la conservación. la investigación científica y la puesta en valor de los recursos marinos de forma sostenible.

-¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con estudiantes?

-No puede haber un trabajo más gratificante. Un grupo de alumnos que hace menos de un año se sentaban en el aula de mi asignatura de Zoología Aplicada ahora son referentes a nivel internacional en recreación de fondos marinos, son incluso profesores de postgrado. Esto da sentido a mi trabajo y me hace profundamente feliz. Y sobre todo, ver cómo crecen en valores, haciéndose cada día mejores profesionales y mejores personas, inspirando a sus compañeros para conseguir también su sueño. Está siendo una experiencia inigualable.

-Este proyecto ha dado lugar a una empresa de base tecnológica. ¿Qué trabajo va a realizar?

-Efectivamente. Va a realizar estos modelos a nivel profesional. Las posibilidades de la técnica que han desarrollado les permite obtener imágenes tridimensionales en alta resolución que tienen aplicaciones como la creación de miradores virtuales del fondo marino para museos y exposiciones, la recreación digital de barcos hundidos y lo que resulta enormemente atractivo, la impresión en 3D de estos modelos con un realismo increíble.H