Hay cosas que no cambian. Hace 2.000 años, las campiñas de Córdoba y Jaén eran las principales zonas productoras de aceite de oliva del mundo, al igual que ocurre hoy en día. Roma potenció este cultivo y su comercio, ya que el aceite de oliva andaluz alimentó a su plebe durante más de dos siglos. Las legiones que protegían el imperio en las Galias, en Britania o en las fronteras del Rin y el Danubio también utilizaron al aceite de oliva como uno de los elementos principales en sus dietas. Así lo planteaban los investigadores de la UCO en la última edición de La universidad responde, el microespacio del programa Universo sostenible de La 2 de TVE.H