Con el fin de acomodar la estructura de los Departamentos de la Universidad de Córdoba a la normativa vigente, el Claustro de la UCO fijó el pasado septiembre en doce profesores con vinculación permanente y a tiempo completo el número mínimo de profesorado en dichas estructuras. Ello ha supuesto un proceso de reestructuración que «se ha hecho con el máximo consenso posible por todas las partes implicadas, y con un encomiable esfuerzo y comprensión por parte de los miembros de la comunidad universitaria interesados», destaca la vicerrectora de Personal Docente e Investigador, Begoña Escribano.

Aunque se ha reducido el número de departamentos, de 52 a 43, «realmente no se puede hablar de departamentos que desaparecen de forma cualitativa», señala Escribano, quien explica que en este procedimiento han estado involucrados 22 de un total de 52 existentes. De esos 22 departamentos que fueron detallados en la memoria para la propuesta de reestructuración de los mismos han resultado, finalmente, 13 propuestas de reestructuración, es decir 13 nuevos departamentos que tendrán una denominación que tendrá que ser acordada en los nuevos Consejos de Departamento que se constituyan tras el proceso electoral obligatorio que se está desarrollando.

PDI y PAS

La reestructuración departamental conlleva la reubicación de parte del Personal Docente e Investigador (PDI). «El PDI pertenece a un área de conocimiento determinada. Por tanto, la reubicación del área será la que determine la adscripción a uno u otro departamento, reestructurado, con la composición que fue aprobada en Consejo de Gobierno de 19 de diciembre», indica la responsable universitaria, quien comenta que en este proceso de reestructuración se han aprobado también varios cambios de área, de ciertos profesores, a solicitud de algunos Consejos de Departamento involucrados en el procedimiento. En concreto, dos profesores del área de Medicina Legal y Forense se han adscrito al área de Toxicología, y un profesor del área de Estudios Árabes e Islámicos al área de Traducción e Interpretación.

Por lo que respecta al Personal de Administración y Servicios (PAS) afectado por la reestructuración «será readscrito conforme a los criterios y acuerdos que se adopten y, en todo caso, de conformidad con la legislación vigente. Este tema se está abordando en contacto con las personas afectadas», apunta la vicerrectora.

Sin cambios

En principio, la nueva estructura no supondrá ninguna merma de las actividades docentes e investigadoras. «La nueva estructura no inhibe la obligación que tiene el personal docente e investigador de ejercer las labores propias de su profesión: la docencia, la investigación, la transferencia y la gestión, amén de la innovación», recalca Escribano, quien recuerda que en lo que a docencia se refiere, los verifica de los títulos de grado y posgrado están adscritos a áreas de conocimiento, por lo que este proceso de reestructuración no afecta a la impartición de los grados o másteres. La investigación y transferencia se desarrolla en el marco de grupos de investigación, que pueden ser interárea, interdepartamentales, interfacultativos, interuniversitarios, intercomunitarios o incluso internacionales, por lo que no hay merma posible.

En cuanto a los cambios en un futuro próximo, «pues están abiertas todas las posibilidades de colaboración con nuevos compañeros de departamento en lo que a actividades transversales, proyectos de investigación e innovación y otro tipo de sinergias se refiere, al mismo tiempo que se pueden mantener los contactos ya existentes porque no hay cambios en la ubicación del personal docente e investigador afectado por la reestructuración», remarca la vicerrectora.