Los departamentos de la Universidad de Córdoba cuentan con un nuevo reglamento cuyo principal objetivo es «adaptar la organización y el funcionamiento de los departamentos universitarios a los cambios normativos que han tenido lugar en los últimos años, que han sido muchos y muy importantes», indica la vicerrectora de Desarrollo Normativo, Nuria Magaldi. Así, era preciso adaptar la normativa departamental a los Estatutos de la Universidad pero también a la Ley del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas y a la Ley de Régimen Jurídico del Sector Púbico. «Para las Universidades públicas, y para el funcionamiento de sus órganos (y los departamentos lo son), ambas leyes son esenciales, y por eso era necesario adaptar la organización y el funcionamiento de los mismos a la nueva regulación», aclara Magaldi.

NOVEDADES/ El nuevo reglamento presenta algunas novedades. En primer lugar, la obligación de que el Consejo de Departamento apruebe, a propuesta de su director, un informe de ejecución presupuestaria que será posteriormente publicado en el Portal de Transparencia. «Se trata de una clara medida orientada a otorgar a la actuación administrativa la máxima publicidad y transparencia, en garantía tanto de los derechos de los ciudadanos como de los miembros del Departamento», dice Magaldi, que menciona que otra de las novedades es la regulación de las secciones departamentales, previstas (de forma voluntaria) para aquellos supuestos en los que un departamento esté formado por varias áreas de conocimiento o cuente con profesores que impartan docencia en dos o más centros dispersos geográficamente y las circunstancias así lo aconsejen. Así, se regula de forma expresa una práctica habitual en muchos departamentos.

Por último, el reglamento clarifica la posición, en el departamento y en el Consejo de Departamento, de las personas contratadas con carácter temporal en el marco y para el desarrollo de proyectos concretos de investigación, independientemente de que tengan o no el grado de doctor. «Éstas, en tanto que sus contratos no los vinculan directamente a los departamentos, carecen de la condición de miembros del departamento, aunque sí podrán participar en el Consejo de Departamento mediante la elección de un representante», explica la vicerrectora.

REESTRUCTURACIÓN/ La Universidad «ha iniciado también un proceso de reestructuración departamental debido a que, «como consecuencia de las jubilaciones masivas y la aplicación de la tasa de reposición durante la crisis económica, algunos de nuestros departamentos no cumplen con el número mínimo de profesorado marcado por la normativa para poder constituir un departamento. Una vez que las medidas desarrolladas para la estabilización del profesorado en estos años nos han permitido alcanzar una situación de normalidad, hemos considerado que es el momento de abordar la estructura departamental, no solo para estar en una situación acorde con la normativa estatal, sino también para conseguir una estructura más homogénea y eficiente», remarca la responsable universitaria quien puntualiza que, al margen de ese proceso, todos los departamentos de la Universidad (formen o no parte del proceso de reestructuración) deberán aprobar su nuevo reglamento de organización y funcionamiento siguiendo el modelo establecido en el nuevo reglamento aprobado recientemente.H