Por primera vez, dos alumnos y dos profesores del Aula de Motor de la universidad y miembros del UCO Autosport han participado en el Panda Raid, un rali que recorre en siete etapas el Sur de Marruecos a bordo de este coche.

Los profesores terminaron en un más que digno puesto 133 de 350 equipos, algunos de ellos profesionales, mientras que los estudiantes, Manuel Carvajal y Javier Lozano, fueron descalificados por las reiteradas roturas de motor.

A pesar de ello, Carvajal califica la experiencia de «inolvidable» y su compañero asegura que ha sido «constructiva» y que le ha ayudado a «bajar de la nube en la que estamos acostumbrados a vivir».

La idea de participar en este particular rali surgió como preparación del UCO Autosport para el FormulaStudent, una competición a nivel universitario que consiste en la preparación desde cero de un fórmula con todo lo que eso conlleva. «Como nuestro equipo está todavía en pañales decidimos realizar este proyecto antes con el fin de soltarnos y habituarnos a trabajar con la mecánica de un coche, y qué mejor iniciación que con la mecánica básica que tiene un Pandita», relata Lozano.

Dura experiencia

La competición ha sido dura y muy exigente. Carvajal reconoce que «nos vinimos abajo anímicamente los dos días que sufrimos roturas y averías que nos impedían seguir la etapa, ya que nos veíamos competitivos y teníamos muchas ganas de hacerlo bien. Quizás esos dos momentos en los que nos dimos cuenta de que no podíamos continuar, fue lo más duro». También para Lozano «sufrir una avería grave en mitad de la nada, estar un buen rato allí sin saber qué hacer, tener que ser remolcados hasta el campamento, cuestionándonos si podríamos seguir en la competición... esa sensación de incertidumbre poco habitual es mi peor recuerdo».

Lo bueno

Por supuesto hubo buenos momentos también. Ambos estudiantes coinciden en que lo más gratificante era conseguir llegar al campamento, «aunque al llegar nos esperaran varias horas de trabajo», recuerda Manuel Carvajal, y «ser capaces de localizar la avería, conseguir repararla y poder seguir el día siguiente en competición», añade Javier Lozano.

Para estos jóvenes estudiantes la semana que ha durado el Panda Raid ha sido un cúmulo de emociones y aunque es difícil elegir un recuerdo, los dos destacan «el buen ambiente» vivido durante toda la competición en la que tienen intención de volver a participar, en el caso de Lozano, con su padre, que es un gran aficionado al motor, aunque tendrá que ser, como apunta Carvajal, por su cuenta, porque el año que viene serán otros alumnos los que se sumen a la aventura en Panda.H