El novillero Sergio Felipe cortó una oreja y causó una gran impresión en la tarde en la que volvía a los ruedos después de cuatro años apartado de la profesión, inactividad que no se le notó en ningún momento al mostrarse muy firme y resuelto con los dos utreros de su lote. Otro que gustó fue el madrileño Francisco de Manuel, que firmó una notable faena al manejable sexto, al que toreó con largura, temple e hilván por los dos pitones. La espada le privó de tocar pelo. Y Toñete, que hacía su último paseíllo de novillero antes de tomar la alternativa en Nimes, pasó de puntillas ante un lote de nulas opciones.