Ginés Marín abrió ayer la puerta grande en la tercera corrida de feria de Huesca tras cortar dos orejas al quinto toro de la ganadería de Sánchez Arjona, en una tarde accidentada donde resultó herido de gravedad el banderillero Gómez Pascual, mientras que Pablo Aguado fue volteado por el astado.

Cayetano apenas encontró el sitio ni las formas de meter mano a dos toros muy deslucidos. Se fue enfadado.

Ginés García puso todo su empeño para lograr abrir la puerta grande en sus dos toros, los más manejables de la tarde. A su primero lo toreó con garbo tanto a la verónica como por chicuelinas con el capote; y con la muleta llevó a cabo una faena plena de buen gusto. El fallo con la espada le privó de al menos una oreja.

Al quinto lo recibió de una larga cambiada, a la que le siguió unas chicuelinas también de muy buen aire. Muleta en mano volvió a rayar a un gran nivel, especialmente al natural, por donde toreó con temple y mucho sentimiento. Faena compacta del jerezano que se vacío por completo y con alardes también muy a modo como varios pases de pecho mirando al tendido. La estocada tiró al toro sin puntilla, y para él fueron las dos orejas que le abrían la primera Puerta Grande de la feria.

Pablo Aguado dejó momentos de mucha plasticidad. Y de congoja. Fue en el su primero, cuando el animal se lo llevó por delante propinándole una seria voltereta, librándose de milagro de la cornada.