El Fandi fue ayer profeta en su tierra, Granada, con un nuevo triunfo de Puerta Grande gracias a la faena al quinto toro de una mansa e inválida corrida de Victoriano del Río, con el que el granadino lo dio todo para el deleite de los tendidos, que premiaron la entrega de su paisano con dos orejas. Una labor marca de la casa, es decir, variedad con el capote, espectáculo total en banderillas, donde puso hasta cuatro pares, y muchas ganas en el último tercio ante un animal que no le puso las cosas fáciles, por lo poco que se movió y lo mucho que se defendió.