Ganado: Se lidiaron toros de La Palmosilla, bien presentados y manejables. El cuarto, de nombre ‘Carasucia’, número 18, fue indultado.

Enrique Ponce: oreja, y dos orejas y rabo simbólicos.

José María Manzanares: dos orejas y ovación.

Andrés Roca Rey: oreja y oreja.

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Tarde entretenida la celebrada ayer en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda con motivo de la tradicional feria de la Manzanilla, con un Enrique Ponce que indultó a un ejemplar muy encastado de La Palmosilla, lo que le permitió triunfar en la tarde junto a José María Manzanares y Roca Rey, que cortaron dos orejas cada uno.

Mucha temple brotó de la muleta de Enrique Ponce en el primer toro de la tarde, un animal que tuvo nobleza y clase aunque sin fuelle para aguantar el toreo por abajo. El diestro valenciano, muy técnico, anduvo por encima, de ahí que, tras una estocada, paseó una oreja.

El cuarto, de nombre Carasucia, fue indultado por el maestro de Chiva, un astado más que se agrega a su larga lista de toros que regresan al campo tras una faena de gran sentido artístico, poder y oficio del valenciano.

Sin duda que el toro empujó mucho y repitió también tela ante la templada muleta de Ponce. Un buen toro, encastado, que el público de Sanlúcar quiso indultar, como así acabó siendo.

Manzanares anduvo de menos a más con su primero en una faena de mucho oficio para tapar los problemas de su antagonista, al que poco a poco fue metiendo en la muleta, destacando los pases de pecho de pitón a rabo, muy jaleados por el público. Colocó una estocada baja que no impidió que cortara las dos orejas. En el quinto, en cambio, no se acopló y pasó de puntillas.

Roca Rey se enfrentó a un incierto y complicado tercero de la tarde, toro que se movió con más genio que bravura. El peruano, muy solvente, se sobrepuso a los problemas del animal en una faena de mérito y oficio. El último de la suelta fue un descastado animal muy deslucido. Para colmó se rajó. Valiente Roca Rey pero sin brillar.

La plaza de Sanlúcar se llenó durante una tarde muy agradable.