La corrida de aniversario, el 71 del historial de la Monumental Plaza México, realizada ayer por la tarde, ha sido testigo de una actuación soberbia del madrileño Julián López "El Juli", que ha trazado o ha inventado, dos faenas que han sido un portento de recursos, maestría y de una capacidad que no parece tener fin.

En la primera, por pinchar, se le fueron los apéndices y en la segunda, en la que cortó dos orejas, aunque bien pudo ser de rabo, pese a un pinchazo, salió a hombros junto con su paisano Morante de la Puebla, que obtuvo dos orejas protestadas, pero concedidas por el juez, mientras que el mexicano Luis David Adame, un bisoño que confirmó el doctorado con toda dignidad, mostró cualidades de que puede llegar lejos.

Destacada por el mucho entusiasmo y una superior entrada, entorno a 35 mil aficionados, se lidiaron siete toros, seis de ellos de Teófilo Gómez. El primero resultó muy bueno, el segundo sin fortaleza, el tercero cumplió, el cuarto estuvo magnífico, el quinto, noble, fue premiado con una vuelta al ruedo, aunque fue protestada, el sexto fue fácil aunque carente de trasmisión y el séptimo, de regalo de Fernando de la Mora, sólo cumplió.

Adame abrió plaza para confirmar. Ha estado firme, torero, realizando una faena con estructuración y buenas maneras, pues reúne temple y calidad. Tras un pinchazo y una estocada bajita, recibió aplausos. El sexto no dio opción al triunfo, aunque estuvo voluntarioso y se esforzó, mató pronto. Con el de regalo, el séptimo, cumplió una actuación digna y firme y recibió aplausos.

Morante, no tuvo oportunidad de nada ante el segundo flojo, que carecía de fortaleza. Abrevió y se silenció su labor. En el cuarto, un buen toro, realizó destellos con el capote, y tras una faena que le faltó estructuración, destacó con momentos en los que mostró su estilo, pero sin romper del todo, aunque eso sí, lo mató de una magnífica estocada. Recibió dos orejas, una de ellas que fue protestada, a pesar de ello, abrió la puerta grande.

"El Juli", que es un fuera de serie, aunque con el tercero con el que parecía que no tenía nada que hacer, el madrileño le inventó la faena, gracias a esa capacidad destacada de su torería. La lidia se caracterizó por estar siempre a distancia de la res, que se entregó al mando del torero. Tras un pinchazo y el segundo viaje, el toro hizo un extraño y la estocada quedó baja. Realizó una salida al tercio, con ovación de reconocimiento.

Pero lo que hizo al quinto, ya quedó para la historia, con un trasteo inconmensurable, un concierto de poderío y una capacidad sin límites, realizó la faena de la temporada y de muchas otras. Aunque un pinchazo le costó el rabo, tras una estocada, recibió dos orejas y mostró una gran diferencia en la comparación a las de su paisano.

Los toreros de plata Christián Sánchez y Gustavo Campos saludaron en el tercio al lucirse con las banderillas. Como un dato no muy común en el inicio del paseo de cuadrillas se tocó con todo respeto el himno nacional. La gente salió toreando, como "Juli".