Su actuación en Linares el pasado mes de agosto ha sido catalogada como la mejor faena de lo que llevamos de esta atípica temporada. Considerado como el último bastión del toreo más puro, natural y clásico, Juan Ortega recala en Córdoba con la intención de conquistar una plaza a la que lo unen muchos sentimientos.

¿Cómo afronta su próxima cita en Los Califas?

Ese día será algo para mi gente, para los míos. Es como mi pequeño homenaje, mi pequeño regalo a mi familia, a mis amigos, a toda la gente que ha confiado en mí desde el principio y que ha venido a verme al pueblo más escondido, a los que han estado ahí, que han aguantado las tardes malas, que han aguantado carros y carretas. Al final Córdoba es eso, ese cartel soñado, esa plaza, ese día. Es mi homenaje a ellos.

¿Linares fue la primera tarde de esta temporada?

Había toreado antes del covid en la feria de Valdemorillo, pero pasado el confinamiento fue en Linares donde me volví a vestir de luces.

¿Cómo se consigue, después de ese obligado parón, coger el pulso a un toro como lo hizo en el coso linarense?

Esa inactividad fue únicamente en los festejos, porque la inactividad personal nunca ha existido. Aunque no estaba toreando vestido de luces, mi pensamiento, mi interior, mi sentimiento estaban en esa faena, en ese toro, en ese día. Es lo que me sigue ilusionando, lo que me sigue llenando, porque con independencia de que ahora esté anunciado en dos plazas importantes como Córdoba y Jaén, al final siempre tengo esa cosa que me llena. En definitiva, afronté la tarde de Linares con ganas de expresar, con ganas de soñar, y salieron las cosas.

Esa naturalidad, ese sentimiento, ese temple delante de un toro, ¿cómo se consiguen?

Yo me siento afortunado en ese aspecto, porque desde niño me han ensañado el toreo, me han mostrado la tauromaquia y la he mamado desde el punto de vista que al toro hay que tratarlo como a ti te gustaría que te tratasen. Por eso me gusta que se hagan las cosas despacio, que se hagan de verdad, que se sientan, algo que como digo me enseñaron desde niño a sentir el toreo de esa manera.

¿De qué fuentes bebe el toreo de Juan Ortega?

Dentro de esa línea, te vas fijando en los toreros que entiendes han interpretado el toreo así, con ese concepto del que antes hablábamos, la naturalidad, el temple, la colocación. Son cosas que he buscado en los toreros y que también busco en las ganaderías, animales que los sientas en el vuelo del capote y en la muleta.

Debutó en Córdoba con caballos y tomó la alternativa en Pozoblanco. ¿Qué significa Córdoba para Juan Ortega?

Córdoba es punto y aparte, algo especial. Tuve la fortuna de llegar aquí y dar con buenos aficionados, de dar con buenos toreros, y en Córdoba he tenido la oportunidad de sentir el toreo , en una época de novillero en la que absorbes tantas cosas y te alimentas de tantas y tantas personas. Es una plaza a la que le tengo un cariño especial.

Con la ganadería que está anunciado para mañana, Jandilla-Vegahermosa, ya tuvo un feliz encuentro en Los Califas en 2011.

Efectivamente, tuve la ocasión de torear un festival en Córdoba ese año, cuando estaba de novillero sin caballos y le tengo mucho cariño a esta ganadería porque fue la primera vez que toreaba con figuras. Guardo también muy buen recuerdo porque me embistió el novillo muy despacio, por lo que tengo mucha fe ella.

Las Ventas es una de las plazas en las que cuenta con un gran cartel. ¿Se considera un torero de Madrid?

Madrid ha sido la plaza que me ha dado aliento durante todos estos años. Una plaza que me hizo un hueco, que ha aguantado esas tardes en las que las cosas no han salido bien y aún así me ha sabido esperar, y cuando las cosas han salido bien me ha puesto en el camino, me ha puesto en boca de todo el mundo y me ha hecho subir un escalón. Es una plaza en la que sin haber tenido un triunfo importante, sin lugar a dudas ha marcado mi vida.

¿Cree que la situación actual ha aportado algo al torero?

Personalmente creo que sí, porque debido a que la temporada ha sido muy difícil, el toreo ha salido de su zona de confort y se han tenido que buscar nuevas alternativas. Aún así, me da mucho miedo cómo se pueda afrontar la próxima temporada, por esa incertidumbre de no saber cómo se van a poder hacer las cosas y si se van a encarrilar las primeras ferias, que serán determinantes.