La grave cornada que se llevó el mexicano Arturo Macías fue la triste noticia con la que se inauguraron ayer los desafíos ganaderos en Las Ventas, en una tarde en la que hubo dos toros, uno de Rehuelga y otro de Pallarés, de lío gordo, pero desaprovechados ambos por el francés Thomas Dufau.

El primero de ellos fue el segundo, un toro con muchos pies de salida, cumplidor en varas y con mucho nervio en la muleta, encastado, con codicia y mucha transmisión, que, además, se fue templando prácticamente sólo a medida que transcurría su lidia, pues Dufau no pasó de correcto con él. El astado tuvo 15 o 20 arrancadas para poner la plaza boca abajo. Y el francés se conformó en pasarlo más a menos con solvencia por el derecho en tandas cortas, ligeritas y al ritmo que marcaba el astado.

El cuarto, de Rehuelga, fue otro toro de francas opciones, éste por templado y enclasado, de ésos para deleitarse toreando; y, aunque al francés se le vio muy a gusto con él, la verdad es que no dijo mucho a lo largo de una faena plana e insípida. Por el percance de Macías, A Dufau le tocó matar al sexto, un toro manso que marcó muy pronto la querencia y que apenas se prestó en el último tercio, imposibilitando el lucimiento de un Dufau que puso mucho empeño.

Oliva Soto sorteó un tercer toro de Rehuelga de preciosa lámina y magníficas hechuras, un toro bajito, bien hecho, serio y astifino. No fue de recibo el maltrato que llevó en el caballo, pero así y todo tuvo su carbón en la muleta de un muy desconfiado Oliva Soto, incapaz de quedarse quieto ni una sola vez en un trasteo en el que se le vio cogido constantemente, pero más por sus propias dudas que por el toro. El quinto se paró enseguida y tendió a defenderse, y Oliva Soto volvió a pasar casi de puntillas.

Y la mala fortuna se alió en contra del mexicano Arturo Macías, que quedó inédito en su paso por Madrid al resultar gravemente herido por el primero de corrida, un toro que tuvo tan pocas fuerzas como escaso fondo, embistiendo al paso y costándole también un mundo pasar, frenándose siempre en la mitad de cada muletazo.

En uno de esos parones, el animal hizo por el torero, y fue en la huida hacia las tablas cuando lo prendió por el gemelo, levantándolo e hiriéndole certeramente. Ahí se acabó su aciaga actuación.

FICHA DEL FESTEJO.

Ganado: toros de Pallarés y de Rehuelga, que por el percance del primer espada se lidiaron en diferente orden al inicialmente anunciado, pues los primeros saltaron en primer, segundo y quinto lugar, el último de ellos como sobrero, y los otros lo hicieron en tercera, cuarta y sexta posición.

Corrida bien presentada dentro de su variedad, y de juego también desigual. Los mejores, el segundo, encastado y con transmisión, y el cuarto, ovacionados ambos en el arrastre. Flojo y sin raza, el primero; con poca clase, el tercero; parado y a la defensiva, el quinto; y manso y deslucido, el sexto.

Arturo Macías: resultó herido por su primero, al que despachó Oliva Soto de estocada perpendicular al encuentro y un descabello (silencio tras aviso).

Oliva Soto: tres pinchazos y estocada habilidosa (silencio); estocada trasera y descabello (silencio tras aviso).

Thomas Dufau: pinchazo y estocada baja con derrame (silencio); estocada (división al saludar); y casi entera baja y atravesada, y descabello (silencio tras aviso en el que mató por Arturo Macías).

Cuadrillas: eficaz brega de Mambrú en el segundo, con el que se desmonteró El Monteño en banderillas.

Incidencias: En la enfermería fue intervenido Macías de "cornada en tercio superior, cara externa de pierna derecha de 25 cms, que produce destrozos en músculos tibial anterior y perineo, que contunde nervio ciático poplíteo externo con arrancamiento de rama de colaterales del mismo; y fractura del cuello del peroné. Pronóstico grave".

La plaza registró algo más de un cuarto de entrada (6.458 espectadores) en tarde espléndida.