Ganado: dos toros para rejones de María Guiomar Cortés de Moura y cuatro en lidia ordinaria: dos de El Vellosino (2º y 6º) y dos de la Palmosilla (3º y 5º). Mejor presentados los de rejones que los de a pie, que, además, no tuvieron ni fuerza ni casta.

Diego Ventura: rejón muy caído (oreja); y rejón casi entero y tres descabellos (palmas).

Enrique Ponce: dos pinchazos y bajonazo (ovación); y pinchazo y casi entera tendida (ovación).

Julián López ‘El Juli’: pinchazo hondo y tres descabellos (silencio); y dos pinchazos, estocada caída y descabello (bronca tras aviso)

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El rejoneador Diego Ventura, aun con un solitario trofeo por el mal manejo del rejón de muerte, fue el gran nombre propio de la tarde de ayer en Málaga, en la que Enrique Ponce y Julián López El Juli no pudieron hacer gran cosa ante la falta de raza y casta de sus respectivos lotes.

Diego Ventura lidió en primer lugar un zambombo de María Guiomar Cortés de Moura que desde que salió por la puerta de chiqueros buscaba las tablas. Con Nazarí puso banderillas al quiebro y con Lío citó al toro desde lejos para en el centro del ruedo quebrarle y levantar al público de sus asientos. Con Remate puso banderillas cortas al violín para finalizar su labor. Cortó una oreja.

El en cuarto de la tarde formó un auténtico lío Ventura con un toro más ligero y que respondió mejor que su hermano anterior. Puso un rejón de castigo para seguir con Fino pegado a tablas recorriendo casi todo el diámetro del albero y acabar quebrando en corto, y arrancar la primera de la muchas ovaciones con este toro.

Con Quilla demostró una gran dosis de alta escuela poniendo al equino en pie sobre las dos patas traseras. El auténtico disloque llegó cuando le quitó la cabezada a Dólar para poner un par a dos manos. La Malagueta crujió. Finalizó con Remate clavando rosas; y, cuando tenía las dos orejas más que aseguradas, se atascó con los aceros definitivos.

Ponce se encontró en primer lugar otro zambombo, en este caso de El Vellosino, que dio síntomas de estar muy movido y acusar los casi seis años que llevaba encima. Brindó a Javier Conde y Estrella Morente la que pensaría que iba a poder ser una faena relevante, pero la condición del animal no lo permitió, un animal que perdía las manos cada dos por tres, además de estar muy descastado.

El quinto fue un toro de La Palmosilla que le permitió al valenciano mostrar algo más de su maestría, ya que el animal tuvo una gran nobleza y se dejaba algo más, aunque en ocasiones soltaba la cara al final del muletazo. Se afanó sobre ambos pitones el valenciano ante un público que, de no haber sido por el mal manejo de la espada, le hubieran premiado con una oreja.

El Juli se encontró con un auténtico inválido en su primer turno, un animal muy protestado por el público y que hizo que el madrileño terminara macheteándolo sobre ambos pitones y acabar con aquello.

Y volvió a tirar por la calle del medio en el sexto ante las protestas del público, que le recriminaron las pocas ganas mostradas por el madrileño ante un animal que tampoco ofrecía ninguna garantía. Pero qué menos que un respeto por el que paga, e intentar y mostrar que el animal no valía. Con eso hubiera sido suficiente.

Si pocas ganas tenía Julián de venir este año al coso de La Malagueta, después de la tarde de ayer en la que fue abroncado, menos le quedarán de cara al año que viene.