El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero afirmó ayer que no acometió la prometida reforma de la Constitución que afectaba a aspectos del estado de las autonomías o la corona porque requería una amplia mayoría parlamentaria que no conseguiría, puesto que el PP se opuso en todo momento.

En una conversación con el catedrático de Derecho Santiago Muñoz Machado en las Jornadas de Otoño, que anualmente organiza la Fundación Ricardo Delgado de Covap en Pozoblanco, el expresidente Zapatero confesó que podría haber acometido dicha reforma con un proyecto de ley pero que decidió abrir un debate después de que su desarrollo fuera estudiado por el Consejo de Estado, al que ha calificado como "la institución de las instituciones" españolas. Sin embargo, dijo que si la reforma constitucional no avanzó se debió a que su aprobación hubiera requerido una amplia mayoría de la Cámara, con los votos del PSOE y PP, y esto no iba a ser posible , porque "el Partido Popular no quiso reformar la Constitución". El expresidente recordó cómo el propio Mariano Rajoy le transmitió en una conversación que los populares no apoyarían una reforma constitucional en una votación en el Congreso.

Durante su intervención, el expresidente, que hizo un repaso a temas de candente actualidad respondiendo a su interlocutor y ante la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que asistió al acto, puso de relieve que el mapa actual de las autonomías es irreversible, "nadie va a modificarlo" pese a las críticas que el modelo recibe y que consideró lógicas en tiempo de crisis.

Sobre la situación en Cataluña afirmó que "el problema fundamental" es que a veces parecen no importar las reglas de la democracia, el respeto a las leyes y a los procedimientos. "Si eso está al margen, estamos ante un riesgo", para concluir que "España necesita a Cataluña" después de afirmar que hay que poner freno a la espiral "perversa" por la que algunos en España ven a Cataluña como la comunidad que más pide y quiere, mientras los catalanes consideran que son los que más aportan. También aludió a la solidaridad, de la que dijo es una idea política, no moral, el fundamento de la idea de Estado democrático; y junto a esto está el sentimiento de identidad propio de Cataluña, que tenemos que resolver.

En otro momento, y refiriéndose a la crisis, Rodríguez Zapatero dijo echar en falta acuerdos importantes. "Creo que hicimos tal esfuerzo de acuerdo en la Transición que nos agotamos y ahí nos quedamos y un país necesita renovar esos grandes acuerdos".

Un acuerdo que tampoco se alcanza en lo referente al estado del bienestar que el expresidente no ha querido dar por muerto al apostar por "confiar en el progreso, aunque estemos en un momento de angustias y expectativas cerradas" y que ha defendido a través de las políticas sociales que impulsó su gobierno como la Ley de la Dependencia. Para Zapatero, el principal problema no será tanto recuperar el estado de bienestar sino el ritmo de crecimiento de empleo.

Por otro lado, Zapatero dijo no sentir "síndrome de abstinencia" de la política y añadió que es "muy fácil criticar, lo difícil es ayudar, y yo no me voy a sumar a criticar a los que están ahora, porque lo tienen muy complicado. Es mi forma de demostrar el respeto que le tengo a la Presidencia del Gobierno y lo tengo porque se lo tengo a España".