No se dejó a nadie atrás. Tanto fue el empeño de Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España en funciones, en reclamar un respaldo masivo en las próximas elecciones del 28 de abril que apeló, incluso, a la confianza de aquellos para los que «yo no soy su candidato preferido, pero, visto lo visto, el único partido que garantiza la estabilidad es el PSOE». También se dirigió, por supuesto, a quienes han votado alguna vez a esta formación y al votante socialista de toda la vida, grupos entre los que se encontraba, posiblemente, el millar de asistentes que acudió a escuchar sus palabras al Palacio de Congresos de Córdoba.

Estos le recibieron entre aplausos y banderas, y grabándole con los teléfonos móviles. Los más atrevidos lograron besarle y abrazarle, e incluso se hizo selfies con quienes se lo pidieron. Todos parecieron ser uno en este mitin de precampaña que se enmarca, precisamente, en la agenda de actividades con la que los distintos partidos están tratando de movilizar a los electores para llegar más fuertes a la cita con las urnas. En esta línea, los responsables socialistas a distintos niveles hicieron un cierre de filas para apoyar a su secretario general y, de hecho, uno de los momentos más comentados fue el abrazo con la secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, que muchos no pudieron ver porque estaba el público en pie, pero que algunos confirmaron más tarde. Este saludo había despertado la curiosidad de los asistentes, después de las discrepancias surgidas en la elaboración de las candidaturas.

Militantes y simpatizantes interrumpieron en distintos momentos las palabras de ambos (que fueron más vehementes en el caso de Díaz), para corroborar lo que decían o para, simplemente, invitar a Sánchez a que no hablase de la derecha. «Ni un paso atrás» o lo «arrejuntados» que están el PP y Cs fueron otros comentarios que pudieron escucharse en paralelo al discurso del presidente. Además, como si de un actor de cine se tratase, no faltó quien afirmó que «encima es guapo, qué más queremos». El ambiente fue animado, aunque más de uno aconsejó no confiar demasiado en las encuestas.