El portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía, Francisco Serrano, subrayóo el papel «decisivo» de su formación para el cambio de gobierno en Andalucía, y avisó al candidato del PP a la Presidencia de la Junta, Juanma Moreno, de que no darán un «cheque en blanco».

«Entramos en esta casa con el orgullo de ser la fuerza política decisiva que ha propiciado el cambio en Andalucía después de 36 años», subrayó entre aplausos desde los escaños de Vox en su primera intervención en la Cámara andaluza, con la que se reanudó el debate de investidura.Tras reprochar al PP su actitud «derrotista, conformista y de resignación» durante los años de gobiernos socialistas en Andalucía, Serrano presumió de representar a un partido que ha sido la «herramienta democrática» que ha puesto fin a este periodo. Durante su intervención defendió con contundencia y orgullo el ideario de Vox y advirtió de que no van a renunciar a ninguno de sus planteamientos, entre ellos la derogación de las «leyes de género», momento en el que acusó a Ciudadanos de haber «despreciado» con su actitud a los 400.000 andaluces que han votado a Vox.

Pero las críticas más duras las dirigió al PSOE y a la presidenta de la Junta en funciones, Susana Díaz, a quien recordó que fue el primer juez que, en 1999, dictó una orden de alejamiento de un hombre por maltrato y recibió un premio de asociaciones de mujeres mientras la actual líder del PSOE-A, entonces concejala, defendía las «botellonas» en la calle. Sostuvo también que las políticas del Gobierno andaluz no han tenido ningún resultado positivo y, tras subrayar que en un Estado de Derecho el fin no puede justificar los medios, lamentó que el número de muertes por maltrato no se ha reducido “pese a la ingente cantidad de dinero invertido», que cree que ha servido para que muchas asociaciones feministas se beneficien.

Explicó que Vox representa a los españoles y andaluces que están «hasta el gorro y la gorra del lenguaje de género» y que han visto «cómo sus valores éticos se habían tirado por la borda» por parte de una izquierda «totalitaria». «Si somos algo, somos un partido de extremo sentido común», aseguró Serrano, que se ha erigido también en representante de los «indignados» que no se sentían identificados con ningún partido, así como de otros que «llevaban en la abstención desde hace décadas». En varias ocasiones defendióo que en la política hay «rivales», pero no tiene que haber «enemigos» y exigió a Moreno Bonilla que «condene los ataques» que Vox está «sufriendo» a pesar de ser un «partido constitucionalista».

«Vamos a estar vigilantes en la oposición, muchos andaluces estarán pendientes de que se materialice el cambio de verdad», prosiguió el dirigente de Vox, que ha vuelto a reclamar al nuevo gobierno que «levante las alfombras» en la Junta y denuncie la corrupción.