La sociedad cordobesa envejece a pasos agigantados gracias, entre otras cosas, al aumento paulatino de la esperanza de vida. Según un informe del Instituto Provincial de Bienestar Social de la Diputación, Córdoba es una de las provincias más envejecidas de Andalucía. Un 21,7% de la población es mayor de 65 años, tasa que en algunos municipios pequeños alcanza el 30%. Ser mayor no significa necesariamente ser dependiente aunque las probabilidades de necesitar atención especial aumentan a medida que cumplimos años. Los datos lo evidencian. En Córdoba existen 19.759 beneficiarios del sistema de dependencia, de los cuales el 71,4% (14.113) son mayores. Según los datos de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social, encargada de prestar el servicio, cada año se presentan más de 5.000 solicitudes nuevas de prestación de dependencia. Solo en lo que va de año ya se acumulan 3.276.

El catálogo de prestaciones para mayores dependientes es amplio, desde ayuda a domicilio o teleasistencia para aquellos que pueden valerse por sí mismos en casa pero necesitan un refuerzo a prestaciones económicas para cuidadores de su entorno familiar o servicios de centro de día y noche. Ingresar en una residencia de mayores suele ser el último recurso de las familias, reservado a aquellos casos en que se requiere una atención continua especializada que los hijos o parientes más cercanos no pueden ofrecer. También cuando no existen familiares directos de los mayores o si los que existen tienen problemas de cualquier tipo para hacerse cargo de sus mayores.

De ahí que de los más de 14.000 beneficiarios de prestaciones solo un 18,7%, algo más de 2.500 personas, estén viviendo en una residencia pública. Según informa la Junta, «el plazo de incorporación de la persona beneficiaria tanto a un centro de día como a una residencia es de 15 días hábiles a partir de la fecha de notificación de la resolución». Esto significa que, una vez el solicitante tiene reconocida la prestación no debe pasar más de ese plazo para que se le asigne una plaza vacante. Esto no significa que no haya listas de espera. Hay muchas familias que prefieren esperar a que quede libre una plaza cercana a su domicilio, para intentar minimizar el desarraigo de sus mayores, ya que visitarlos será más fácil. El año pasado por estas fechas había 300 personas en lista de espera. Las residencias de la capital son las más solicitadas.

En Córdoba existen 2.746 plazas financiadas públicamente en 60 centros, tanto de gestión directa como concertados, por lo que el porcentaje de ocupación es del 96% y hay en este momento 223 plazas en residencias libres. A las 2.746 plazas financiadas con fondos públicos hay que sumar 281 más correspondientes a las prestaciones económicas vinculadas al servicio en Córdoba.

Basta con visitar cualquier residencia para comprobar la mayor longevidad de que gozan las mujeres, que suelen enviudar mucho antes que los hombres. De los 2.523 residentes de la provincia, 1.773 (un 70%) son mujeres. En lo que va de año la proporción se mantiene casi intacta. De las 645 personas que se han incorporado al servicio residencial, 431 (el 67%) son mujeres.

La edad media de quienes habitan estos centros está en 83 años aunque son ellas quienes elevan la media, ya que las mujeres rondan los 85 años y los hombres, de media, la edad de 79. Una vez ingresados en una residencia, el tiempo medio de estancia de los mayores es de 3,5 años, ya que una gran mayoría son dependientes severos con enfermedades en estado avanzado.