La de Eva María García es una de esas historias que hacen reflexionar por la facilidad con la que cualquier persona podría encontrarse en su situación. Explica que su discapacidad, del 46%, se traduce en una dificultad para coger peso con los brazos y le llegó a raíz de una operación para curarla del cáncer de mamá que le fue detectado en el 2010. Entonces no trabajaba y recuerda que estuvo cerca de seis años en el desempleo a causa de esta enfermedad. Más tarde, al serle reconocida la discapacidad, comenzó a trabajar «poco a poco» y esta nueva situación le ha abierto «muchas puertas laborales», afirma.

Eva María tiene 43 años de edad, es madre de dos hijos, vive en un inmueble de alquiler y su marido se encuentra en el desempleo. En la actualidad, continúa recibiendo tratamiento médico y asegura que «me encuentro bien y con muchas ganas de trabajar». En el año 2018 fue contratada por Fepamic para la limpieza de zonas verdes y jardines, y los parques infantiles de la ciudad, y antes de encontrar este empleo limpiaba oficinas para otra empresa. Preguntada sobre su trabajo en Fepamic, subraya que «me gusta, estoy muy contenta, conoces a gente y estoy en la calle, que no es lo mismo que estar en casa comiéndote la cabeza». A esto añade que cuenta con la ayuda de que las tareas se adaptan a sus circunstancias físicas. En cuanto a sus próximos retos, avanza que quiere obtener el graduado escolar para tratar de acceder a la bolsa de empleo de Sadeco, aclarando que «si puedo, voy a más, la cosa es que no falte el trabajo».