Han pasado 34 años desde aquella campaña de la DGT en la que Stevie Wonder pronunciaba un mensaje que hoy día sigue siendo la clave de la prevención: «Si bebes, no conduzcas». Se trata de algo tan simple y tan obvio como eso. Sin embargo, han pasado tres décadas desde aquel anuncio y aunque la cifra de accidentes en carretera, según Tráfico, ha descendido, las estadísticas reflejan que aún hay miles de conductores que se ponen al volante después de haber bebido. Paco y Manuel, dos voluntarios de Aspaym que se mueven en silla de ruedas, intentaron ayer dar un baño de realidad a decenas de cordobeses con su presencia. Paco fue víctima hace tres años de un accidente de tráfico en Carlos III que dio un giro a su vida. Conducía una Vespa cuando un coche lo atropelló y no ha vuelto a andar. «En mi caso, el conductor no había bebido, el problema fue la velocidad, pero el resultado es el mismo». Las consecuencias, en este y en muchos otros casos, son irreversibles.