En el día que tendrá que dejar la presidencia de la Junta de Andalucía, en su primer discurso en la oposición, Susana Díaz ha comenzado bastante suave. Lo primero que ha dicho la líder del PSOE andaluz en la sesión de investidura de Juan Manuel Moreno, del PP, ha sido: Le traslado la voluntad permanente de acuerdo y diálogo en la defensa de Andalucía. Pero a partir de ahí, Díaz, que el pasado 2 de diciembre sufrió un descalabro por completo imprevisto, del que los socialistas todavía se han recuperado y que puede acabar con su salida de la primera línea política, cargó contra el pacto entre los conservadores y Vox.

Vox ha dejado claro que tiene la sartén por el mango. Solo gracias a esos votos de extrema derecha usted va a alcanzar la presidencia de la Junta. Ustedes han blanqueado a Vox, le ha dicho a Moreno. Sobre Ciudadanos, sus antiguos socios parlamentarios, con los que pactó varios presupuestos, Díaz ha pasado de puntillas. Frente al discurso de los naranjas, que se han desvinculado del acuerdo entre el PP y Vox, la presidenta en funciones de la Junta ha argumentado que tal cosa no es posible. Los amigos de mis amigos son mis amigos, ha explicado.

Toda su primera intervención ha estado centrada en el partido de extrema derecha y la involución que representa que la Junta dependa de Vox. La voluntad de la formación que lidera Santiago Abascal de derogar la ley de violencia de género, acabar con el matrimonio homosexual y la memoria histórica han tenido un papel protagonista. También la propuesta de expulsar a todos los inmigrantes irregulares.

El terrorismo machista desde el 2003 se ha cobrado más víctimas que ningún otro terrorismo, ha dicho Díaz, que entonces ha citado los nombres de víctimas andaluzas de violencia de género. Ellas no pueden seguir esta sesión de investidura porque las han asesinado, ha señalado, antes de recordar que Francisco Serrano, portavoz de Vox en el Parlamento andaluz, lo ha dicho con claridad: no va a parar hasta enterrar las leyes de violencia de género. Para la dirigente socialista esta es una prueba de que Moreno ha llegado a un acuerdo oculto con los herederos del franquismo. Díaz incluso se ha detenido en sus creencias religiosas para cargar contra las política de Vox sobre los simpapeles. Yo soy creyente. Nunca he escuchado a Cristo decir: Deportaos, ha explicado.

Pero Díaz también ha reconocido la legitimidad del pacto andaluz. Incluso ha defendido a Pedro Sánchez, que planea relevarla en el liderazgo del PSOE andaluz. Ha tenido que apropiarse del voto de la extrema derecha. Yo no voy a dudar, soy demócrata, de la legitimidad de su gobierno nunca, ni de usted. Pero tampoco voy a disfrazar la realidad: el partido mayoritario en esta cámara es el PSOE. Y frente a eso hay una mayoría parlamentaria legítima. Yo no voy a decirle lo que cada día tiene que escuchar el presidente Pedro Sánchez. Usted tiene toda la legitimidad, ha señalado.

La veo desdibujada, señora Díaz, le ha contestado Moreno, que ha criticado la estrategia del miedo que a su juicio ha articulado la dirigente socialista. Usted sí que no tiene legitimidad para criticar este acuerdo, ha dicho el próximo presidente andaluz. Y las relaciones de Sánchez con el independentismo catalán, que apoyó la moción de censura a Mariano Rajoy, cómo no, han estado presentes. Usted dice que los amigos de mis amigos son mis amigos. Entonces, los amigos del señor Sánchez son sus amigos, señora Díaz?, le ha preguntado Moreno.