La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, definió ayer los 37 años de autonomía transcurridos desde el referéndum del 28 de febrero de 1980 como los de un «inmenso cambio estructural» que ha generado una sociedad construida sobre los pilares de la igualdad, la libertad, la solidaridad y la justicia social. Estos cuatro asuntos fueron los ejes sobre el que giró el discurso de la presidenta en el acto de entrega de los dos títulos de Hijos Predilecto y las trece Medallas de Andalucía celebrado en el Teatro de la Maestranza de Sevilla.

En un tono muy institucional, sin una concesión a su futuro político como posible candidata a la secretaría general del PSOE, la presidenta destacó que la autonomía ha permitido «hacer frente a los atrasos seculares» y construir «una región más próspera y fuerte». Susana Díaz recordó que la lucha por la igualdad marcó el 28 de Febrero y, por ello, consideró que una Andalucía «más fuerte es necesaria para una España más fuerte» y volvió a recordar que hace 37 años los andaluces «demostraron que se podía cambiar una visión de la construcción de España de forma asimétrica». Para ello, reivindicó un Estado «respetuoso» con las autonomías y más cohesionado con instrumentos como un sistema de financiación autonómica «justo».

En clave más nacional, la presidenta se ofreció para alcanzar consensos para afianzar la estabilidad y solidez del sistema democrático y, también, para garantizar la igualdad y la solidaridad hacia dentro y hacia fuera de Andalucía en el sentido de que esta región «puede ahuyentar la tentación de las asimetrías y discriminaciones» en España. También debe haber consenso, según Susana Díaz, en la sanidad pública como garantía de igualdad de todos los ciudadanos y de que «aquí no importa la cuenta corriente de los enfermos», en alusión a EEUU. En este punto de su discurso mencionó al joven malagueño Pablo Ráez, fallecido recientemente, por su «herencia maravillosa de solidaridad» promoviendo la donación de médula ósea. «La sanidad pública es la joya de la corona en Andalucía», subrayó Díaz, quien precisó que una cosa es criticar y denunciar y otra los que «quieren hacer negocio a costa del sufrimiento de la gente», en una respuesta a los impulsores de las mareas blancas.

ENTREGA DE LAS DISTINCIONES / El acto comenzó con la entrega de los títulos de Hijo Adoptivo y Medallas de Andalucía a los quince galardonados en la edición del 2017. Como es habitual, Susana Díaz y el presidente del Parlamento, Juan Pablo Durán, impusieron las condecoraciones de forma alternativa en el centro del escenario del Teatro de la Maestranza.

Además del poeta Luis García Montero, la Junta ha distinguido este año como Hija Predilecta a la actriz sevillana María Galiana y ha concedido trece Medallas de Andalucía al ingeniero especializado en robótica Ramón González Sánchez; la cantante cordobesa India Martínez; el cantaor flamenco onubense Arcángel; el guitarrista gaditano Paco Cepero; la gimnasta cordobesa Lourdes Mohedano Sánchez de Mora; el periodista Antonio Caño, director del El País; la escritora Antonina Rodrigo, especialista en personajes femeninos de la República y la Guerra Civil; el científico jiennense experto en inteligencia artificial Francisco Herrera; el empresario turístico malagueño Manuel Molina; la compositora sevillana Elena Mendoza López, y tres instituciones: la Coordinación Autonómica de Trasplantes, que acaba de cumplir sus primeros 25 años; la Asociación de Víctimas de la Talidomida en Andalucía, como intento de «reparar la incomprensión» sufrida por los afectados por esta enfermedad y sus familias -con una sección en Córdoba- ; y el Instituto de Educación Secundaria Vicente Espinel de Málaga, por su «nivel de excelencia» didáctica desde 1846 con alumnos como Blas Infante, Victoria Kent o Pablo Ruiz Picasso.