La superficie peatonal se ha multiplicado en Córdoba en los últimos años. Ya en el 2010, en pleno debate de la peatonalización o semipeatonalización de la calle Cruz Conde, el espacio ganado por el peatón se había multiplicado por seis en una década, pasando de los 14.000 metros cuadrados del bulevar y Gondomar a los 92.000 que incluían el Puente Romano, el eje Tendillas-Mezquita, las plazas de La Corredera y de las Cañas, los barrios del Alcázar Viejo y de las Costanillas, San Pablo, entorno de la Mezquita-Catedral, plaza de Capuchinos, María Cristina, plaza de Capuchinas y Conde de Torres Cabrera, Puerta de Almodóvar y Judería, Ambrosio de Morales y plaza Séneca. Entonces había 150 calles en áreas de circulación restringida (acire).

Aunque las obras de Cruz Conde, sufragadas con los fondos anticrisis de la Junta, se iniciaron y acabaron antes de las elecciones municipales del 2011, cuando gobernaban IU y PSOE, fue después de estas cuando el Ayuntamiento, con el PP al frente, decidió dejar la calle totalmente peatonal, como demandaba el comercio. Con Cruz Conde peatonal nacía un itinerario dedicado al peatón que partía en esa calle y acababa en la torre de la Calahorra. Durante esa etapa el Ayuntamiento optó por semipeatonalizar la Ribera, tras acabar las obras realizadas por la Junta en el eje monumental, y reducir el tráfico delante de la Puerta del Puente solo al transporte público, para lo que colocó una cámara. Fue también la etapa de la sustitución de pilonas por cámaras.

En el 2016, en pleno debate de la peatonalización de Capitulares, reformada con el plan turístico de grandes ciudades, la mitad del conjunto histórico era ya una zona de tráfico restringido. Entonces, de sus 246 hectáreas, 113 eran semipeatonales o totalmente peatonales. En aquel momento había ya más de 300 calles incluidas en zonas acire.

A esa superficie peatonal se sumó el año pasado la de Capitulares, que implicó un plan de tráfico dividido en dos fases, con afecciones a distintas calles, que sigue sin culminar. Con ese plan se restringió aún más el acceso al centro con una cámara (la de San Fernado) en Alfaros, reordenando la carga y descarga y limitando el paso de los vehículos de padres de alumnos a los colegios del centro. Para culminarlo, falta volver a cerrar María Cristina al tráfico y sacar los grandes autobuses de Aucorsa sustituyéndolos por microbuses.

Durante la etapa del mandato del PSOE e IU, además de la peatonalización total de Capitulares, el Ayuntamiento ha restringido más la circulación en la Ribera, en concreto en Ronda de Isasa, donde quiere ensanchar acerados (tarea pendiente) y, a largo plazo, acometer una plataforma única.

A partir de ahora, el Ayuntamiento empezará a concretar sus planes para Antonio Maura y Ronda de los Tejares. Y, quién sabe, tal vez algún día le toque a Claudio Marcelo.