El cordobesismo ha vuelto a movilizarse en masa para apoyar a su equipo en la última final de esta temporada, la que podría darle la permanencia definitiva en la Segunda A. Cerca de dos mil aficionados acudieron en la mañana de ayer a las taquillas de El Arcángel para comprar sus entradas y ver el partido del próximo sábado ante el Sporting.

Más de 200 metros de cola formaron unos aficionados que en algunos casos estuvieron más de seis horas esperando para adquirir su localidad. Todos quieren animar por última vez al equipo blanquiverde para llevarlo en volandas a la conquista de una permanencia, que en enero parecía imposible, pero que ahora está más cerca que nunca.

La ilusión por ver el partido y la tensión se mezclaron por momentos, pues los presentes en las colas terminaron por impacientarse al ver pasar las horas y no tener todavía su entrada. Los rumores de que habrá reventa comenzaron a circular pronto al comprobarse las ganas que hay en la ciudad por ver el sábado al Córdoba.

La estudiante de 24 años Azahara María Urbano vio el partido de Reus «muy nerviosa. Este año tenemos que salvarnos y el próximo subir a Primera». Las colas las vio «con mucha expectación por parte de la gente, pues algunos llevan aquí desde las siete de la mañana. Hay muchas ganas de apoyar y ver ganar al equipo».

El estudiante de 18 años Mario Marín vio el choque de Reus «en casa con mi novia y disfrutando de la victoria. Todavía no estamos salvados, pues queda el último empujón ante el Sporting. No se puede vender la piel del oso antes de tiempo», dice este joven aficionado.

La pensionista de 55 años Ana Peña se enteró del segundo gol de Reus «por un amigo que estaba escuchando la radio, pues se supo antes que por la tele».

El jubilado de 62 años José Páez ve la permanencia «ya hecha, aunque es una pena que vaya bajar un conjunto andaluz como es el Almería».