Un mar de olivos rodea el yacimiento arqueológico de Ballesteros, situado a unos seis kilómetros de Nueva Carteya y enclavado en un paraje en el que son abundantes este tipo de restos históricos. La intervención directa sobre las termas tardorromanas de una villa agrícola que se han encontrado se ha llevado a cabo por la vía de urgencia, ante el deterioro al que el agua estaba sometiendo al entorno. Ahora, tras unos cuantos meses de trabajo y excavación, el yacimiento va a ser enterrado. "Esta es la mejor forma de conservar el yacimiento para que en un futuro se valore su puesta en valor turístico", según el arqueólogo municipal de Nueva Carteya y del programa Life Guadajoz, Juan Luis Piqueras Merino.

El término municipal de Nueva Carteya es rico en yacimientos arqueológicos y el interés de sus habitantes es manifiesto. De esta forma, una asociación local --Acephaca-- interesada por el patrimonio de su pueblo denunció la situación de Ballesteros. Inmediatamente se montó un campo de trabajo internacional para solucionar el problema y estudiar los restos.

En total, se ha excavado una mínima parte de los 70.000 metros cuadrados que se cree abarcaba una villa tardorromana, aunque evidentemente no todo este terreno estaba edificado. Lo desenterrado corresponde a lo que fueron las termas de este importante complejo que data de los siglos III y IV después de Cristo. Los restos, que están en un buen estado de conservación, dejan entrever una zona de vestuarios, otra templada --en la que se encuentra la bañera que el agua estaba erosionando--, una sauna y una piscina, de la que se está determinando si sus aguas eran frías o templadas. Entre los vestigios también han salido a la luz las tuberías de plomo que se utilizaban entonces y se reconocen algunas de las pinturas murales que adornaban el recinto. El arquitecto municipal valora el complejo como "importante" por su "monumentalidad y estado de conservación".

Piqueras considera, por otra parte, que éste no es un proyecto aislado ni una intervención de urgencia que va a quedar ahí, sino que "es el botón de muestra de un programa de mayor envergadura que queremos generar, es decir, queremos que la arqueología se observe como un recurso, y no como un problema". En este sentido se manifesta también el alcalde de Nueva Carteya, Antonio Ramírez, para el que "poner en valor el patrimonio arqueológico de la zona es un aliciente importante para diversificar nuestra economía".

Lo cierto es que a día de hoy y como medida preventiva, Nueva Carteya va a asistir al enterramiento de una parte de su memoria, fundamentalmente para no perderla.