Los profesionales que trabajan en los centros sanitarios pueden contribuir con sus consejos y con sus actuaciones a que la sociedad decida adoptar hábitos saludables y solidarios en su vida diaria. Es lo que defiendende el presidente del Colegio de Médicos de Córdoba, Bernabé Galán, que desde los 17 años, y no a partir de los 18 años que es como establece la ley vigente en la actualidad, empezó a donar sangre de forma habitual por un caso de vida o muerte que le tocó vivir de cerca.

«Hace 48 años me encontraba en Álora (Málaga), con un amigo que iba a empezar a estudiar Medicina como yo, y su padre, que era farmacéutico, conocía al jefe de Hematología de Málaga. Nos recomendó que para ir conociendo la labor médica fuésemos a visitar a este especialista. «Pero cuando llegamos al hospital este doctor estaba muy preocupado por el caso de un recién nacido que se iba a morir si no recibía en el hospital una exanguinotransfusión (procedimiento que consiste en extraer lentamente la sangre de la persona y reemplazarla con sangre o plasma de un donante). Y justamente debía recibir el tipo cero negativo, por lo que mi amigo le dijo a este hematólogo que yo tenía ese grupo sanguíneo, porque me había hecho la prueba en la farmacia de su padre», relata Bernabé Galán.

«Fue mi primera donación de sangre. Con apenas 10 minutos que dediqué a donar contribuí a salvar la vida de este bebé. No hizo falta que me convencieran para donar. Debería ser obligatorio que las personas sanas sean donantes de sangre. Siempre que donamos sangre ayudamos a salvar vidas de una u otra forma. En este caso conocí al beneficiario, pero normalmente no se sabe, aunque es igualmente satisfactorio apreciar que con muy poco se logra tanto. Las donaciones de sangre ayudan a tratar a pacientes con enfermedades hematológicas y cánceres; víctimas de accidentes; trasplantados o mujeres que dan a luz», destaca el presidente del Colegio de Médicos. Galán precisa que hubo un periodo de su vida que ya concluyó durante el que no pudo donar sangre porque un paciente le contagió la hepatitis B. «Se produjo un accidente de tráfico en Fuente Palmera y me avisaron para atender a los heridos. Una de las víctimas se encontraba tan mal que con las prisas no me puse guantes y me infecté. Pero una vez pasado aquello pude volver a donar sangre y justamente acabo de efectuar en el Centro de Transfusión la que debería ser mi última donación, ya que acabo de cumplir 65 años. Aunque en mi caso, al encontrarme bien de salud, podría excepcionalmente seguir donando alguna vez más me han informado en el CTS», expone.

El ejemplo de otro médico

Siguiendo los pasos de Bernabé Galán está el también cordobés José Tamaral Carmona, un recién graduado en Medicina de 24 años, que está preparando el examen MIR, lo que no le impide donar sangre prácticamente todos los meses, ya que desde los 18 años es donante habitual de sangre y de plasma y de este componente sanguíneo concreto se puede donar hasta 12 ocasiones al año, no las 4 veces anuales estipuladas para los hombres y las 3 para las mujeres. A pesar de su juventud, José acumula ya 30 donaciones, las mismas que algunos donantes consiguen en décadas. «Tengo descargada la aplicación móvil para donar sangre y cuando veo que ha pasado un tiempo acudo de nuevo a la sede del Centro de Transfusión o a las colectas que se organizan en Santa Rosa. Soy muy consciente de lo importante que es donar sangre para garantizar la actividad diaria de los centros hospitalarios. En mi propio entorno familiar se ha necesitado hace poco una transfusión. Nunca sabes quién la va a requerir. Por eso, creo que las personas sanas tenemos la responsabilidad de donar sangre porque podemos salvar muchas vidas», añade José.