El presidente de la Diputación, y nuevo secretario provincial del PSOE, Antonio Ruiz, presentó a Susana Díaz y destacó de ella la «especial sensibilidad» que «siempre ha tenido con nuestra provincia», patente en el apoyo a la candidatura de Medina Azahara para ser Patrimonio de la Humanidad, «que supondrá convertir esta ciudad en un referente del turismo cultural y en una importante oportunidad económica». También se refirió a infraestructuras como el Centro de Creación Contemporánea o la Ciudad de la Justicia. A su juicio, «es una presidenta que en tiempos de crisis» ha sabido «hacer de nuestra tierra un baluarte de la defensa de la igualdad, solidaridad y estado de bienestar».

La colaboración institucional estuvo presente en las palabras de Ruiz, que ve a Díaz como «referente en la política nacional e internacional que ha marcado un modelo de gestión distinto a los que se han implantado en la mayoría de las regiones europeas». Ruiz afirma que Díaz hace una política que defiende «los derechos de cada pueblo con firmeza», que procura «la igualdad real» y que es «cercana». De ella, subraya su «contacto directo con la ciudadanía», que le ha permitido hacerse «como política desde la primera línea», y su «capacidad de liderazgo».

El presidente de la Diputación tuvo también palabras de elogio a su carácter. «Tiene un corazón que no le cabe en el pecho», dijo de esta «andaluza por los cuatro costados», que es «valiente, incansable y luchadora», además de «sencilla», «afable» y «alegre». En definitiva, «una gran mujer que se hace querer por su valía, capacidad y sensibilidad y una gran presidenta reconocida por los andaluces que pone su capacidad al servicio de esta tierra».

Por su parte, el director de CÓRDOBA, Francisco Luis Córdoba, recordó que el 30 de noviembre se cumplirán cinco años de los primeros desayunos, en los que participó el senador socialista y expresidente de la Generalitat, José Montilla, que defendía una solución «dialogada» para Cataluña. El director de CÓRDOBA destacó que después de ese tiempo sigue el interés por saber cómo este problema «se ha inflado tanto en estos cinco años que ha explosionado». A su juicio, «no hay posibilidad de entender una solución para Cataluña sin que afecte a la estructura del Estado y al papel que va a tener cada comunidad autónoma en el tiempo futuro que nos espera», que empezará con «la financiación autonómica cuando nos despistemos un poco de la obsesión catalana».