Intervenciones progresivamente desde el 2014 han permitido que la Diputación, en coordinación con el Ayuntamiento y la Junta, abra durante los días del certamen de patios, del 1 al 13 de mayo, la casa de Julio Romero de Torres, cuyo patio-jardín arqueológico ya pudo admirarse en el certamen del 2014, también en aquella ocasión, como este año, fuera de concurso por su carácter institucional.

Los últimos tres años el patio ha estado cerrado, precisamente por los trabajos de rehabilitación de dos dependencias de la casa familiar del artista: el Lavadero, que readaptado alberga ya la colección arqueológica del inmueble con 400 piezas catalogadas, y el estudio, donde junto a Julio Romero de Torres también pintaron sus hermanos Enrique y Rafael, dos valores más que se suman al patrimonio cordobés con vocación de poderse visitar todo el año, aunque por ahora solo se podrán admirar durante el Concurso de Patios.

El logro es el fruto del acuerdo de 1990 entre las administraciones que se reparten la propiedad y gestión del Museo de Bellas Artes y el de Julio Romero: la Diputación, la Junta y el Ayuntamiento, como sus representantes destacaron ayer. Sin embargo, ha sido la Diputación la que en el 2014 acondicionó el patio y recuperó el jardín. En el año 2016 se abordó la segunda fase, en la que se adaptó el pabellón Este (el Lavadero) con un presupuesto de 58.324 euros y se reparó la red de saneamiento, con 21.967 euros. Después se rehabilitó el estudio en el que pintaba la familia del artista, con un coste de unos 50.000 euros, a lo que hay que añadir le musealización del mobiliario, que ha supuesto 12.000 euros. También la Asociación de Amigos de los Museos, con fondos propios, ha recuperado cuatro pinturas murales del zaguán, obra de Inmaculada Páez.