La competencia del mantenimiento de La Ribera del Guadalquivir a su paso por la ciudad de Córdoba corresponde a todos y a nadie. El asunto levita errante en el limbo de la burocracia, sin que ni el Ayuntamiento ni la Confederación Hidrográfica lleguen a un acuerdo sobre quién debe encargarse de ello. La Junta de Andalucía, por su parte, se mantiene al margen. Una parte de los vecinos de la zona lleva tiempo reclamando una solución para mantener en buen estado La Ribera. Sin embargo, esta zona parece encontrarse en tierra de nadie, situada en una especie de páramo entre el verbo y la acción. Según el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento, la Confederación prepara una actuación para limpiar la vegetación, pero esta acción «no llega», apuntan algunos vecinos. Desde el propio organismo señalan que «eso no es así, ya que no corresponde a la Confederación esa competencia».

Cuando a los oídos de algunos de los vecinos llega la pregunta sobre el estado de esta parte del río, en muchos casos se muestran tajantes. «Tienen que limpiarlo», señalan. Apuntan a un «exceso de vegetación» que resta visibilidad: «No podemos disfrutar de los animales, porque no se ven», aprecia una vecina. La mayoría coincide en que deberían realizar una limpieza o poda continua, más allá de los arreglos puntuales, pero lo cierto es que, según las mismas fuentes del Consistorio, aunque las dos administraciones han realizado labores conjuntamente en momentos puntuales, no se recuerda ningún acuerdo para el mantenimiento de estos terrenos. «La vegetación espontánea y de todo el cauce de la ribera es responsabilidad de la Confederación, aunque hay una sentencia, en la que se basan y que no entendemos como fuente de derecho, que dice que en los tramos urbanos cabe la posibilidad de que la competencia sea de los ayuntamientos», explica Amparo Pernichi, delegada municipal de Medio Ambiente. «Ante esa tesitura, pedimos asesoría jurídica y nos dijeron que no es así». Por su parte, desde la Confederación aseguran que «si el Ayuntamiento no actúa, ellos entrarían como último recurso», pero que compete al Consistorio esta tarea. Los dedos apuntan a ambos lados. Mientras, las quejas de los vecinos, los negocios y alguna asociación vecinal de los barrios cercanos, como La Axerquía, siguen sobre la mesa.

«Da sensación de abandono», dice una viandante mientras mira al entorno de arboleda. «No es agradable», continúa, y hace referencia al olor, una palabra que se repite en boca de vecinos y personas cercanas a la zona. «Por las noches, si hace aire, la gente se va de la terraza», señala el encargado de uno de los locales que, como tantos otros, tienen el río de paisaje de fondo. Según él, para tapar en la medida de lo posible el mal olor, vierte lejía en las rejillas de alcantarillado cercanas. «Esto afecta al negocio, ya que repercute en pérdidas», afirma.

Para intentar remediar ese aparente vacío de las administraciones, desde la delegación municipal Medio Ambiente afirman que están trabajando en un convenio con la Confederación para realizar un mantenimiento continuo. «Llevamos tres años intentando firmar un convenio para que eso se arregle, para todos los cauces», informa Pernichi. Sin embargo, desde el organismo nacional niegan esta afirmación. «No consta. Si existiera un proyecto de convenio, lo sabría el comisario», señalan desde la CHG. Aunque no rechazan la posibilidad de que se haya producido alguna conversación informal.