La empresa Patrimonio Inteligente comenzó ayer la retirada de alrededor de 80 piezas del Templo Romano de Córdoba para poder construir la pasarela peatonal que hará visitable el recinto. Se trata de un conjunto de piezas arqueológicas muy valiosas, algunas de las cuales no se habían movido desde que fueron descubiertas en la década de los 50. Para retirar estos fragmentos (algunos de ellos de más de 700 kilos de peso) se ha recurrido a una grúa de enormes dimensiones, que se colocó ayer en la calle Capitulares. La previsión es que estos trabajos se prolonguen hasta final de semana.

Esta actuación se incluye dentro de la segunda fase de las obras del Templo Romano, que se retomaron a mediados del mes pasado, y que forman parte de las actuaciones del Plan Turístico de Grandes Ciudades. El objetivo es hacer visitable el conjunto arqueológico con la construcción de una pasarela que permitirá contemplar el templo entre las columnas. Esta fase del proyecto cuenta con un presupuesto de 338.000 euros y un plazo de ejecución de cinco meses.

Maribel Gutiérrez, arqueóloga y directora de la intervención, explicó ayer a CÓRDOBA que las piezas arqueológicas han debido retirarse por necesidades de la obra y para dejar más movilidad y espacio a las estructuras que se van a montar para la accesibilidad del público al templo. «Son piezas de mármol muy pesadas y por ello necesitábamos una grúa especial para poder sacarlas, y hay que hacerlo por encima del templo porque no hay accesibilidad desde el exterior», comenta. Además, esta operación hay que llevarla a cabo con el máximo cuidado para evitar que se rompa alguna pieza o sufra algún desperfecto. «Para ello, la pieza se apoya sobre un material semirrígido y se sigla tanto la pieza como su apoyo», comenta la arqueóloga.

Traslado de un capitel, esta mañana. A. J. GONZÁLEZ

Todos estos fragmentos (fustes, capiteles, arquitrabes, piezas estructurales internas o bazas) están perfectamente catalogados, con su numero de registro y su ficha, y han servido «para hacer la reconstrucción ideal del edificio», añade la arqueóloga, por eso para ella son todas importantes y valiosas.

Mientras que se culminan los trabajos en el Templo Romano, algunas de estas piezas irán al almacenaje del yacimiento;; dqkjha; ; otras van a depositarse temporalmente en la parte alta del mismo (en la entrada de la calle María Cristina), y el resto se colocará dentro del espacio del Ayuntamiento que será el futuro centro de interpretación. «Ahora mismo se dispondrán de manera provisional hasta que se haga la musealización y se coloquen en su sitio definitivo. De momento, quedarán apoyadas sobre palés y llevarán una ficha técnica explicativa», informa Maribel Gutiérrez.

Trabajos de la fase final en el Templo Romano. A. J. GONZÁLEZ

Las piezas arqueológicas que se están trasladando han sido descubiertas desde mediados del siglo XX por el arquitecto y arqueólogo Félix Hernández hasta 2012, año en el que se documentaron las últimas. «Todas pertenecen a la estructura del templo, los pórticos y la plaza», comenta Maribel Gutiérrez, que trabaja estos días codo con codo con la restauradora Mercedes Iáñez, de Patrimonio Inteligente.

Una de las curiosidades que permitirá esta operación es ver las caras ocultas de algunas de estas piezas, «ya que por primera vez vamos a tener la oportunidad de verlas por el otro lado».