Arroyos, restos de escorrentías y algo del deshielo en Sierra Nevada han permitido que, pese al seco mes de febrero, los embalses cordobeses permitan encarar con cierto optimismo la primavera. Más aún, incluso sigue aumentado ligeramente el volumen de agua embalsada desde el 1 de febrero, cuando había 1.723 hectómetros cúbicos, hasta los 1.757 del 28 de febrero, aunque este incremento se esté frenando y prácticamente ya sea nulo. Y es que las fuertes y seguidas precipitaciones del mes de octubre y noviembre pasado lograron revertir la situación de falta de agua (ya estaba preparado el decreto de sequía) y el descenso del volumen embalsado en los últimos tres años. De hecho, la cantidad de agua en los pantanos cordobeses de la cuenca del Guadalquivir almacenada está actualmente algo más de 12 puntos por encima de hace un año, al 51,49% al 28 de febrero con los citados 1.757 hectómetros cúbicos, frente a los 1.003,2 hectómetros cúbicos del 28 de febrero del pasado año, con los embalses al 29,4% de su capacidad total.

La relativamente buena situación de los embalses se produce gracias, como se ha dicho, a las notables y constantes precipitaciones caídas durante los meses de octubre y noviembre, que fueron en forma de nieve en altitudes medias de Sierra Nevada, y que al fundirse, ha incrementado el caudal del Genil.

En todo caso, el agua para consumo humano sigue estando garantizada para los próximos tres años y los riegos para las dos campañas futuras, con la regulación general de la cuenca, que es la referencia para los regadíos, al 48,57% el pasado 27 de febrero, con 2.778,5 hectómetros cúbicos, frente a los 1.600,5 hectómetros cúbicos de la regulación general del pasado año, que estaba al 28,29%.

Capítulo aparte, hay que recordar que no todos los embalses cordobeses se están comportando de la misma forma, condicionados por las necesidades de la cuenca y la orografía.

DIFERENTES SITUACIONES / Así, por ejemplo, el embalse del Guadalmellato, pese al seco mes vivido, continúa recibiendo aportaciones al 28 de febrero en torno a 600 metros cúbicos en 24 horas (los mismos que desembalsa para mantener el caudal del río). Sin embargo, se trata de uno de los pantanos cordobeses que ha perdido ligeramente en los 28 días del pasado mes, presentando unas reservas de 109,37 hectómetros cúbicos, 1,3 menos que al 1 de febrero, un descenso de apenas un 1% de su capacidad total.Frente al caso del Guadalmellato se encuentran otros embalses que han mantenido sus reservas en febrero e incluso las han incrementado ligeramente, como La Breña, que ha subido en relación a la capacidad total en un 0,15%, el equivalente a 1,1 hectómetros cúbicos.

El récord, en buena medida debido al deshielo de nieve en las estribaciones medias de Sierra Nevada, es el embalse de Iznájar, que en febrero ha visto incrementar el agua embalsada en 23,9 hectómetros cúbicos, un 2,43% de su capacidad total.

Y todo ello mientras que las diez estaciones de referencia de la Aemet para el cálculo en Córdoba de la lluvia acumulada durante el año agrícola están ya por debajo de la media, especialmente Guadanuño, con un tercio (el 35,7%) de la lluvia que debería haber caído, solo 334,5 litros por metro cuadrado; Villanueva de Córdoba, con un 30,7% menos de lluvia; Doña Mencía, con un 29,9% por debajo, o Montoro, con el 29,8% menos de lluvia con 316,4 litros por metro cuadrado.