La muerte de José García Marín causó ayer en la ciudad un gran dolor por la pérdida de una persona a la que se reconoce su impagable labor en beneficio de la gastronomía cordobesa y su difusión nacional e internacional. Así, la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, señaló que «la muerte de José García Marín tiñe de luto la gastronomía cordobesa». «Descanse en paz uno de los pioneros de nuestra cocina y un ejemplo para toda una ciudad, cuya Medalla de Oro mereció con su impagable trabajo». Por su parte, el presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, indicó que Pepe el del Caballo Rojo «fue ante todo un visionario gastronómico, un emprendedor capaz de anticiparse a la revolución que viviría la cocina cordobesa, el primero en llevar los sabores tradicionales de los hogares cordobeses a la mesa de un restaurante de primer nivel». La delegada del Gobierno de la Junta, Esther Ruiz, manifestó que «con la pérdida de José García Marín se apaga la llama que iluminó la gastronomía cordobesa, pero su legado perdurará como ejemplo del compromiso con la buena cocina, la calidad y la pasión por Córdoba».

Compañeros y amigos también se pronunciaron. Como Rafael Carrillo, fundador de El Churrasco, quien indicaba haberlo sentido «muchísimo, porque hemos tenido una amistad muy estrecha. Su muerte supone una gran pérdida para la restauración, porque fue la primera persona que proyectó el nombre de Córdoba y todos fuimos detrás». En parecidos términos hablaba Alberto Rosales Ortega, quien indicó que con García Marín «se pierde un amigo, un maestro y un gran profesional. Ha sido un maestro para todos los restauradores de Córdoba y por eso ha dejado grandes alumnos». Por su parte, Javier Campos dijo que «José García Marín fue capaz de situar El Caballo Rojo como uno de los grandes referentes de Córdoba junto a la Mezquita». «Desde pequeñito, a mí que he sido un pasional de mi profesión, he sentido admiración por don José, admiración y veneración por lo que alcanzó». «En congresos de gastronomía me preguntaban por él. Era el maestro». Y uno de los jóvenes cocineros cordobeses, como Kisko García, señalaba: «Espero que en el cielo se una a grandes maestros y haga un gran festín para todos ellos». Kisko indica que García Marín «ha sido un referente para mí, no de ahora, sino de siempre. Todo lo que hizo por la gastronomía cordobesa y andaluza fue algo muy grande».

El director de la Cátedra de Gastronomía, Rafael Jordano, se mostró impresionado por «la gran pérdida humana y profesional». «La realidad que tenemos hoy de Estrellas Michelin, con Choco y Noor, no se entendería sin la labor que hizo Pepe». Y la gastrónoma Almudena Villegas indicó que García Marín «representa el triunfo de una vida dedicada a la restauración. Córdoba le debe mucho, porque fue el que puso la primera piedra de la cocina moderna en Córdoba. Lo que él ha creado con El Caballo Rojo fue impresionante, puso por primera vez el nombre de Córdoba en las guías turísticas del mundo, nos puso en el mapa». El presidente de Hostetur, Francisco de la Torre, indicó que García Marín «sostuvo la cocina cordobesa justo en la época que había que hacerlo. Y lo hizo recurriendo a las tradiciones gastronómicas y a nuestro legado cultural. Todo el prestigio del que disfruta nuestra gastronomía tiene un origen, que es Pepe García Marín»,

Para el delegado de Turismo, Francisco Alcalde, Pepe García fue una «persona entregada al turismo, a través de la gastronomía, que ha contribuido a situar a Córdoba donde se merece».