La cordobesa Lucía Velasco Alcaide tiene ahora 11 años. Cuando tenía solo un mes en la consulta de inmunodeficiencias del Reina Sofía le diagnosticaron en tiempo récord que padecía una inmunodeficiencia severa combinada por déficit de adenosina deaminasa, una patología que se detecta en uno de cada 500.000 nacidos y que se caracteriza por la incapacidad del organismo para defenderse de las infecciones. Desde el primer momento esta pequeña comenzó a ser tratada con un medicamento, procedente de Estados Unidos, que actualmente sigue recibiendo una vez a la semana mediante una inyección que le ponen en el Reina Sofía y tras la que puede seguir haciendo la vida de cualquier niña, yendo al colegio, aunque todo con mucho esfuerzo por las clases que ha perdido durante los últimos años. Cuando la familia de Lucía conoció el diagnóstico de su hija pequeña en el 2007 el tratamiento que se planteaba para poder curar esta enfermedad es que Lucía recibiese un trasplante de médula o de progenitores hematopoyéticos 100% compatible, pero ni los padres ni el hermano de esta niña presentaban esa compatibilidad. Por eso, los padres de esta niña fueron derivados al hospital Virgen del Rocío, para tratar de que con técnicas de selección embrionaria y reproducción asistida pudieran concebir lo que se conoce como un bebé medicamento, cuya médula o células del cordón umbilical sí fueran compatibles con las de su hermana. Sin embargo, estos padres, a pesar de que lo intentaron muchas veces, no lograron esa gestación, por lo que Lucía tendrá que seguir recibiendo, a no ser que surja un nuevo tratamiento, la inyección que tiene indicada cada semana.