Carmen Calvo (Cabra, 1957) abraza a su única hija en la foto que preside su despacho, en el edificio que ocupa la Vicepresidencia del Gobierno en la Moncloa. Ahora, en Madrid, está más cerca de sus nietos, aunque los pueda ver menos. En Córdoba dejó a sus alumnos de la Facultad de Derecho, casi, casi, de un día para otro. «Dicen que estaba todo preparado, y para nada, fue una sorpresa», comenta en alusión a la moción de censura, que según dice, «le ha devuelto la esperanza a España». Habla con pasión de las tareas, infinitas, que tiene por delante, y con precisión de los temas que domina. Asegura que nunca ha planificado nada, que se ha dejado llevar, y zanja con un «las vueltas que da la vida» haber ostentado tantos cargos importantes. Se define como «una patriota de izquierdas» y sigue lanzando las mismas pullas a quienes consideró siempre sus adversarios.

-¿Qué confianza tienen en que ahora en septiembre pueda salir aprobada la regla de gasto y después los Presupuestos?

-Bastante. El Gobierno está proponiendo unos Presupuestos que permitan dar respuesta y recomponer derechos que se han perdido en estos siete años, algo que debe ser entendido por la izquierda y, ojalá, que también por la derecha. Si no, donde gobiernan tendrán que explicarles a los ciudadanos por qué rechazan inversiones para sanidad, educación o para la dependencia. Bruselas nos permite una posibilidad de mejorar nuestro Estado de bienestar y las derechas parece que no lo van a entender.

-¿Si no hay Presupuestos iríamos a elecciones anticipadas?

-Confiamos en que los apoyos parlamentarios que tuvimos para convertirnos en Gobierno sirvan también ahora, pero no está vinculada una cosa con la otra. Vamos a ser coherentes con lo que dijimos y vamos a proponer la fórmula constitucional de la moción de censura. Queremos gobernar este país, normalizar y estabilizar los recortes y las injusticias que se han provocado con la crisis y con la derecha. Está a la vista que no vinculamos las dos cosas, porque estamos gobernando con los Presupuestos del anterior Gobierno y constitucionalmente de una forma impoluta. Confío en que va a haber Presupuestos, que van a llegar a las clases medias, las que se han echado en lo alto el coste de la crisis.

-En Andalucía se insiste en tener un debate electoral propio. Pero otros apuntan a que una coincidencia con las generales sumaría votos. ¿Cuál es su opinión?

-El PSOE ha demostrado muchas veces que tomamos esas decisiones en función de los intereses de los ciudadanos. No vamos a cambiar de criterio. Se hará lo que consideremos que es bueno para los intereses y la estabilidad de los ciudadanos y no más.

-Son muchas las comunidades que exigen un nuevo sistema de financiación autonómica, ¿se concretará en esta legislatura?

-Todos somos conscientes, y el Gobierno el que más, que necesitamos mirar la financiación autonómica con criterios mucho más ajustados y de mayor justicia para mejorar el Estado del bienestar. Por eso estamos peleando para que los grupos parlamentarios entiendan que el crecimiento de 2.500 millones de euros para las comunidades en 2019 es muy importante. Lo que pasa es que no creo que el año que viene, con elecciones ya convocadas, sea el espacio más sereno para que nos podamos poner todos de acuerdo. Es un tema tan importante que el Gobierno quiere afrontarlo con las mejores condiciones, pero, fíjese que hemos sido muy rápidos en darle oxígeno a las comunidades trasladando a Bruselas la senda de estabilidad que queremos. No nos hemos quedado de brazos cruzados, al contrario.

«España ha dicho en apenas cien días

que la seguridad de las fronteras es un asunto de Europa»

-El 20 de septiembre hay una nueva cumbre europea sobre inmigración. Coordinó la acogida del ‘Aquarius’, ¿qué espera España de esta cumbre, después de la decepción de la anterior?

-El presidente Sánchez llega a esa cumbre con bagaje en los hechos, en las decisiones y con un planteamiento en el que España ha estado liderando. España ha dicho en menos de cien días de Gobierno que la seguridad de las fronteras de Europa es un asunto de Europa. Que la seguridad de las fronteras, que tanto afecta a Andalucía, es un problema de la solidaridad de Europa y no sólo de la política interna de España. Hemos tomado decisiones que han reforzado mucho esta idea del presidente, hasta el punto de que la última situación con el Aquarius ha sido ya una respuesta diferente a la que se daba hasta ahora. España ya no está solo ante estas crisis. Aspiramos a que este ensayo que hemos hecho de coordinación se convierta en un método. Que en Salzburgo se entienda que este es el método con que Europa tiene que afrontar la seguridad de sus fronteras, la presión migratoria, el respeto a los derechos humanos y el cumplimento de la legislación internacional como democracias que somos. Y debe ser compatible la seguridad con la democracia. Europa no puede decirle al resto del mundo que nos saltamos todo esto. España, desde el minuto 1 de la llegada de este Gobierno, ha mandado un mensaje a Europa radicalmente distinto, nuevo y bueno. La suerte es que el resto de países, sobre todo Francia y Alemania, lo han entendido.

-Digamos que Italia no tanto.

-Bueno, los últimos movimientos de Italia han ido en esa dirección. Creo que ha sido un espacio de esfuerzo, respeto y credibilidad de Pedro Sánchez, sin duda.

-Andalucía está pidiendo ayuda a gritos. No hay noche que no lleguen a sus costas 200 personas.

-Es evidente que la frontera sur está en Andalucía y somos conscientes de la presión que sufre. La política migratoria es del Gobierno, que debe resolver esas situaciones, lo que compartimos con la Junta son los menores no acompañados. Somos completamente conocedores y sensibles a la situación de Andalucía con estos menores. El día 5 hay una conferencia sectorial para esto: queremos ordenar los registros, el protocolo, el tratamiento, la fórmula en que recibimos a los menores, cómo los acogemos, los conducimos y cómo son solidariamente insertados en nuestra sociedad. No es un tema de recursos económicos sino de ordenar el espacio de respuesta. Este Gobierno quiere poner sobre la mesa una ley integral de protección de la infancia, en la que también estarán estos menores. España tiene con estos 8.000 pequeños una oportunidad de demostrar su capacidad humanitaria y democrática. El anterior Gobierno fue muy poco previsor de los problemas, por ejemplo en materia de inmigración, sabiendo que la progresión de la presión iba en aumento. Nos hemos encontrado con temas que había que afrontar con rapidez y eficiencia, y en tiempo récord.

«No está vinculado no aprobar los Presupuestos

con convocar elecciones anticipadas»

-Pues precisamente la derecha ha centrado sus críticas en el tema de la inmigración.

-Creo que las derechas están muy desorientadas ahora mismo. Les cuesta mucho trabajo orientarse cuando les toca hacer oposición. Eso es algo que ya hemos aprendido en estos 40 años. Lo que me parece inquietante es que toda la política que tengan que hacer tenga que ver con la seguridad, las fronteras y los temas de Estado. Que no coincidamos en feminismo, en la estructura territorial de España o en unos Presupuestos expansivos para mejorar las pensiones, lo puedo entender. Lo que no puedo entender es que las críticas solo tengan que ver con los asuntos con los que se defiende España. Por encima de tu partido está España. Defender este país significa que todos tenemos responsabilidad. Que toda la política que tengan que hacer contra el Gobierno sea jalear temas de inmigración o Cataluña es inquietante y lamentable. Creo que están perdiendo el centro político. Cuando no está gobernando, la derecha española piensa que nadie más tiene derecho legítimo a gobernar.

-¿Cómo ve la renovación del PP, con Pablo Casado al frente?

-Hacia la radicalidad de derechas. Esperaba que por ser un líder joven viniera con él una política profundamente equilibrada, democrática, una derecha europea. Pero curiosamente nos hemos encontrado una persona joven que está llevando a su partido a un discurso muy de derechas. Por ahí no veo renovación.

-Les acusan de estar siendo blandos con la cuestión catalana. ¿Cree que se puede ser firme con Cataluña sin aplicar el 155?

-Esto no es cuestión de blando ni de duro. Es un problema de cumplir las normas. Si se cumplen, se cumplen y si no se reacciona. Las derechas les están diciendo blando a un presidente del Gobierno que fue el que dio luz verde a Rajoy para aplicar el 155. Es decir, que no tienen credibilidad ninguna. Se lo dicen al presidente que personalmente me dio a mi luz verde para negociar el 155. No somos sospechosos de no saber cómo se defiende el orden constitucional y la democracia española. Otros todavía no lo han tenido que demostrar gobernando, porque no es lo mismo dar ruedas de prensa que gobernar. Más valdría arrimar el hombro para que Cataluña entre en el espacio de normalidad del proyecto común que es el Estado español. Ahí es donde cuesta trabajo hacer política. Es mucho más fácil lo otro. Los dos partidos de derechas van a lo fácil. Los ciudadanos, después de 40 años de democracia, afinan mucho más de lo que algunos se piensan. Se lo están diciendo al presidente que decidió ir con el anterior presidente a apoyar el 155. La vida política no da para la perfección, pero sí para la coherencia. A las derechas les pediría una cosa que los socialistas llevamos haciendo 40 años: no utilizar los elementos de Estado para hacer confrontación. El PSOE no lo hizo con ETA, con Cataluña, con la violencia de género, ni con las fronteras. El PSOE siempre ha defendido España incluso por encima de sus intereses partidarios. Tenemos todo el derecho a pedirles a los demás que con Cataluña hagan lo mismo.

«Es inaceptable que se enreden con la fórmula.

La pregunta es ¿sí o no?» (sobre Franco)

-Usted es una feminista militante. ¿Qué le gustaría dejar hecho en este mandato?

-El cumplimiento hasta el último detalle del pacto contra la violencia de género, porque me parece que es el instrumento de política de Estado para intentar prevenir y parar la violencia y los asesinatos contra las mujeres. Y una Ley de Igualdad Laboral que permita eliminar la realidad de la brecha salarial y las condiciones tan injustas de su vida laboral. Sé que es mucho, por mí no va a quedar. La ley ya está depositada, y el pacto lo estoy cumpliendo con una rapidez y condiciones absolutamente estrictas. Con esas dos cosas sentiría que tiene sentido estar en esta posición de responsabilidad.

-El Gobierno está decidido a acometer la exhumación de Franco. ¿Por qué han elegido la fórmula jurídica del decreto?

-Hemos hecho un real decreto con el que vamos a cumplir la ley de memoria histórica, un acuerdo del Congreso que se votó por unanimidad y en el que se dijo que se sacaran los restos de Franco del Valle, y cumplir los avisos que Naciones Unidas le lleva haciendo a España desde hace años para que no tenga al dictador en una posición de exaltación. Eso es lo que literalmente va a hacer el Gobierno, con los instrumentos normales del Estado de derecho: real decreto, convalidación del real decreto y las medidas que lo acompañan. Va muy tarde España en hacer esto. Es inaceptable que la derecha se enrede en qué fórmula, si es o no es. Porque la pregunta es ¿cuándo?, ¿nunca?, ¿sí o no? Que no se enreden en las formas y se retraten y digan si sí o si no. Si es que no, tendrán que explicarles a los españoles por qué el dictador está enterrado con sus víctimas y exaltado en el Valle. Ya está.

-Formó parte de la comisión de la Mezquita, ¿cómo cree que acabará ese dictamen? ¿De quién es la Mezquita?

-Formé parte de ese comité de expertos como jurista porque me lo pidió la alcaldesa a título personal. En este momento no voy a hacer ningún pronunciamiento porque soy la vicepresidenta del Gobierno y no puedo entrar en cuestiones tan particulares.

-El Gobierno se ha comprometido, eso sí, a publicar el listado de inmatriculaciones.

-El Ministerio de Justicia está trabajando con arreglo a la ley para publicarlas, porque es algo que hay que hacer. Servirá de punto de apoyo para otras administraciones públicas o ciudadanos que se puedan sentir afectados de cualquier bien inmatriculado, incluida la Mezquita-Catedral.

«La derecha le está diciendo blando al presidente

que dio luz verde a Rajoy para aplicar el 155»

-Siguiendo en clave local, se comprometió a que el cercanías echara a andar en septiembre, ¿cómo van esos trámites?

-El ministro de Fomento va a ir pronto a Córdoba y está trabajando para acortar plazos del cercanías y del enlace de Palma del Río, porque son enlaces importantes para la ciudad que pueden facilitar mucho la circulación de la gente. Fomento está acortando todos los plazos posibles.

La ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, durante la entrevista. F. GONZÁLEZ

-¿Van a acometer la conexión de la carretera de Palma y el aeropuerto? ¿Cree que puede ser la logística un punto fuerte de Córdoba o es una pretensión a la que llega tarde con Antequera?

-Sí, el ministerio está trabajando en la actualización del proyecto, que es de 2010. Le he pedido que sea sensible también a otras cuestiones que el Ayuntamiento le va a plantear, porque ya me lo comunicó la alcaldesa. El ministro irá a Córdoba con las tareas hechas y éstas consistían en acelerar plazos y no dejar que las cosas se estanquen tanto. Respecto a Antequera, es verdad que ha cogido un sitio, no ajeno a alcaldías socialistas. Nosotros es la primera vez que gobernamos en Córdoba, y por primera vez tenemos perspectiva de las posibilidades que tiene. No se llega tarde, pero se tiene que hacer ahora el trabajo. A Córdoba nadie le va a quitar el sitio geográfico, el peso de una capital de más de 300.000 habitantes, ni sus conexiones por AVE o las radiales. Me siento muy reconfortada políticamente porque la alcaldesa Ambrosio lo esté viendo y apostando por ello. Pero eso no se hace en un día, ni con la dificultad de gobernabilidad que tiene. Esto no se hace ahora cuando muchos, muchos gobiernos locales no han tenido un proyecto para Córdoba y para ubicarla en el contexto andaluz.

-¿Cómo ve a la alcaldesa?

-Tiene un rasgo político que valoro mucho: que hace las cosas muy seriamente. Incluso cuando son difíciles y lentas, pese a que hay políticas mucho más facilitas y sencillitas, pero con las que a Córdoba no se le traza el futuro, solo le toreas el presente para ganar elecciones. Yo valoro mucho que Isabel Ambrosio se esté planteando políticas en serio. Así que no llega tarde. Hay que acompañarla desde otras administraciones públicas, porque a Córdoba nadie le va a quitar el sitio central que tiene, pero se ha perdido mucho tiempo en estos proyectos municipales, en los que la política ha sido mucho más liviana. Nunca se había entrado a proyectar a Córdoba en el futuro.

«Antes del PSOE nunca se había entrado

a proyectar a Córdoba en el futuro»

-El único desencuentro que ha tenido con su partido fue cuando dijo que no iba a compartir la lista con alguien (Rosa Aguilar) con quien no se sentiría cómoda. ¿Han cambiado las cosas respecto a aquella afirmación?

-Soy una persona que combino la lealtad como militante con la coherencia de mi conciencia. Lo he hecho siempre y lo voy a seguir haciendo. Creo que son compatibles. Hay cosas que las hago desde la profundidad de mi conciencia y eso no puede cambiar. Yo soy una militante leal y disciplinada, no le he creado nunca a mi partido ningún problema, pero soy un ser humano a que le gusta estar muy de acuerdo con su conciencia, consigo misma, y eso no puede cambiar nunca. Además lo he hecho siempre y ha sido bueno para el partido y para mí.

-¿Y se ha reactivado su vocación parlamentaria para encabezar la lista de Córdoba al Congreso?

-Ni me lo planteo. Ya le he dicho que en la vida personal no planifico absolutamente nada. ¡Y aún no tengo callo político! Me sigo llevando unos disgustos enormes cuando no puedo hacer lo que puedo. Y lo de la lista es que ni me lo planteo, ahora solo me planteo esto. Creo que le hemos devuelto al país la esperanza y el mensaje de que la política sí sirve, que no es resignarte con que no se puede hacer nada. La situación es difícil, pero la vida son las ganas que le pones a hacer las cosas. Somos un gobierno muy trabajador, con mucha convicción, que quería sacar al país de donde estaba y con mucho tesón: si nos caemos nos levantamos. La política tiene que cambiar para que se parezca a la vida. Lo que no puede ser es lo de antes. Decir que no se puede hacer nada, decir hay crisis o esto no lo permite Bruselas. Eso no puede ser la democracia, eso es peligroso. Le hemos devuelto al país la esperanza y la certeza de que la política sirve para cambiar las cosas. ¿Para todas? No. Para muchas, sí.

-¿Cuándo se reanudarán las obras de la Biblioteca de ‘Los Patos’, de la que fue impulsora?

-Es una de las obras que me ha dado más satisfacciones y muchos quebraderos de cabeza. Me interesa mucho porque yo soñé literalmente con la idea. La obra va a empezar muy pronto: se va a proteger la muralla que nos hemos encontrado, se va a hacer un edificio más sostenible y va a haber una inversión de casi dos millones de euros. Por los cálculos, a final del 2019 la tendremos disponible, llevará el nombre de Grupo Cántico y tendrá un lugar de honor para Pablo García Baena.

«Le hemos devuelto la esperanza a este país

y la certeza de que la política sirve para cambiar cosas»

-También sembró allá por el 2001 para Medina Azahara con su exposición ‘El esplendor Omeya’.

-La cultura se produce muy lentamente y las políticas de cultura, también. Me alegro tanto de la declaración de la Unesco, pero eso significa más responsabilidad para todos y que vayamos a una. El ministro de Cultura tiene por encargo mío volver a sentirnos concernidos con Medina Azahara. En su momento, cuando era consejera pedí que todo el mundo arrimara el hombro y ahora sigo pensando lo mismo. Tenemos uno de los lugares más extraordinarios del mundo no sólo por el yacimiento y la ciudad califal, sino porque allí hay un símbolo espiritual que defender de manera cerrada. Una posibilidad de encontrarnos todos en la concordia que Córdoba representa. Córdoba tiene que sacar la parte espiritual de lo que hemos representado en la historia, porque ese va a ser el siglo XXI: encuentro, respeto y diversidad. Córdoba tiene las armas pacíficas y Medina es un símbolo que hay que proteger.

-¿En qué ha cambiado la Carmen Calvo ministra de Zapatero y la vicepresidenta de Sánchez?

-Ahora soy abuela y tengo un montón de años en lo alto, pero mis nietos me ayudan mucho a vivir. En política, cuando tengo responsabilidad de gestión, soy una persona muy fría, calculo y planifico. Pero en mi vida personal y en lo que ya es personal de la política no planifico nada. La vida la vivo siempre con entusiasmo y lo que hago, con mucha responsabilidad. Soy muy patriota, me gusta mucho defender los intereses públicos, el espacio de los ciudadanos. Lo hago por pasión, profesión y por responsabilidad política. Para mí los cargos públicos son enormes responsabilidades. Ahora tengo una gran carga, pero me ayuda la experiencia.

-Pero ha dado muchas vueltas...

-Pienso que con la vida no hay que pelearse, que hay que asumirla y transfórmala en positivo. Así que esto lo voy a convertir en acciones positivas por mi país y mi tierra. Nadie te dice que vas a ser vicepresidenta del Gobierno.

-Bueno, Sánchez sí se lo dijo.

-Claro, él sí, y me lo dijo muy pronto: el mismo día que ganamos la moción de censura. Nunca se lo he agradecido públicamente. Ahora lo haré, porque creo que es una deferencia muy grande que alguien que va a asumir el Gobierno de España piense que tú en la trastienda puedes a ayudar a tu país. Se lo agradezco mucho porque éstas son situaciones de mucho privilegio. Servir a tu país lo es, y cómo yo soy una patriota de izquierdas lo tengo absolutamente claro. Le da sentido a tu vida hacer esto por tu país.

«No ha sido fácil, hemos sufrido,

pero el PSOE ha dado con las primarias una lección»

-¿Las fisuras internas de los partidos sanan mejor en el poder? Optó por Sánchez desde primera hora, ¿cómo vive que ahora otros se vayan subiendo al carro del ‘sanchismo’? ¿Está viajando tanto a Andalucía para limar asperezas?

-Cuando un partido está gobernando tiene que disponer de toda su energía orgánica para que todos los compañeros hagan su tarea bien hecha.

-¿Pero siente que el partido ya va a una?

-Para nosotros las primarias pasaron y pasaron. No nos dividimos internamente en nadie. El otro día estuve en Jaén y no pudo ser más positiva la visita. Somos un partido con 140 años, tenemos un hilo conductor en la espalda que pesa para bien. Nos sentimos herederos de todo lo que hemos hecho, de todos los hombres y mujeres que han peleado 40 años por España. Eso pesa mucho. Eso, al final, lo ponemos por encima de todo. Me siento muy orgullosa de pertenecer a un partido que ha sufrido con las primarias pero que ha dado una lección de democracia interna, que ahora la va a tener que hacer todo el mundo. No ha sido fácil y hemos sufrido, para qué lo vamos a negar, pero hemos dado una lección. Dicho esto, ya está. Yo viajo mucho por Andalucía y lo voy a seguir haciendo. No se puede imaginar el respeto, el cariño y el ánimo constante que me dan mis compañeros andaluces.