Entramos en una contienda electoral de alta tensión, provocada en gran medida por el conflicto catalán y sus derivadas. Las últimas dos semanas han sido de alto voltaje, con el diálogo entre el Gobierno central y la Generalitat roto, los Presupuestos tumbados y el inicio del juicio del procés. Es en este contexto en el que se ha realizado la encuesta, en un clima emocional crispado en los diferentes frentes, aunque sin lugar a dudas en los más extremos. Es un dato a tener en cuenta, puesto que los acontecimientos y el desarrollo de la campaña traerán consigo algunos cambios y sin duda matizarán algunas de las actuales conclusiones.

En cualquier caso, el PSOE aparece bien situado para ser el partido ganador y con más escaños. Pedro Sánchez es el candidato preferido para ser presidente, el socialista es el partido estatal con más fidelidad de voto y, además, en menor o mayor medida, recibe sufragios de todo el espectro, significativamente también de la abstención, factor este último que puede ser decisivo en los resultados finales de esta formación. La coalición Unidos Podemos presenta mayor debilidad, con un electorado más indeciso y solo el 40% de sus votantes decididos a repetir el voto, mientras que más de una cuarta parte simpatiza con los socialistas.

En la derecha, los votantes están más movilizados, pero también más divididos. La aparición de Vox ha noqueado, al menos de momento, las expectativas que meses atrás tenían tanto Ciudadanos como el PP. De hecho, sorprende que en intención directa de voto existan menos de tres puntos de distancia entre el más (el PP, con el 11,5%) y el menos citado (Vox, con el 8,8%).

Tanto PP como Ciudadanos presentan una fidelidad de voto por debajo del 50% y un fuerte trasvase hacia Vox. El PP le podría ceder alrededor de una cuarta parte de su electorado, mientras que Ciudadanos, alrededor del 15%. Los votantes de Vox son más radicales que los votantes del PP o Ciudadanos en el tema catalán, que es posiblemente el factor de más relevancia a la hora de explicar esta fragmentación. Alrededor del 20% de sus respectivos electorados aboga por el diálogo con las fuerzas independentistas antes que por la aplicación del 155. En cambio, entre el electorado de Vox prácticamente es unánime la petición del 155. Es de destacar que más del 70% de los votantes de Vox son hombres.

La situación de partida favorece de forma clara a Sánchez para ganar las elecciones. Pero el escenario está lejos de la mayoría holgada que le permita gobernar sin la necesidad de amplios pactos. La derecha dividida consigue más votos, pero no la mayoría absoluta de los escaños, con lo cual le resultaría imposible un pacto a la andaluza.

Quedan dos largos meses para ver cómo se organizan las campañas y su incidencia en la opinión pública. Sabemos, como nos ha mostrado el último ciclo electoral, que estas son cada vez más importantes, especialmente cuando existe una gran volatilidad de voto y nuevas opciones políticas que seducen a una parte del electorado.