«En el mercado laboral está claro que la precariedad, la temporalidad y la parcialidad tienen un rostro, y es un rostro femenino y joven», Así resumía ayer Mar Ávalos, secretaria provincial de CCOO de Mujer y Juventud, la situación de la mujer trabajadora en Andalucía y, particularmente, en Córdoba, bajo unas circunstancias que, aunque son dramáticas en general, aún más graves se presentan para las mujeres.

Al respecto, Ávalos recordó que, sin ir más lejos, la tasa de paro femenina en la provincia es del 33,33%, frente al 19,25% de la tasa masculina, y que existe en Córdoba un 30% de asalariadas con jornada parcial (triplicando el 10% de los hombres) y que las mujeres contratadas a jornada parcial suponen el 35,1% de los contratos que se les firman, explicó la responsable provincial de CCOO de Mujer y Juventud.

Además, Ávalos señaló que los mayores porcentajes de parcialidad por género se dan en el empleo doméstico, una actividad específicamente femenina, mientras que el mayor porcentaje en el caso de los hombre ni siquiera llega a la mitad de esta cifra, concretamente el de los trabajadores del sector de la hostelería, con el 30% a tiempo parcial.

Más aún, el informe de CCOO señala cómo se va abriendo esta brecha entre hombres y mujeres respecto a la temporalidad y los contratos a jornadas parciales. Así, desde el 2010 y hasta el 2017, ciertamente los contratos registrados en Andalucía temporales y a jornada parcial han aumentado globalmente para hombres y mujeres desde el 21,6% hasta el 29,7%, algo más de 8 puntos. Sin embargo, si se mira por género, la situación es mucho peor para las mujeres, que hace ocho años tenían un porcentaje de trabajos temporales y parciales del 31,5%, pero que llegó hasta el 42,0% en el 2017, 11,5 puntos más.

Además, la jornada parcial afecta en mayor medida a la población joven. Así, el 47% de las mujeres menores de 45 años cuentan con este tipo de contrato, de las que el 70% reconocen que trabajan así ante la imposibilidad de encontrar un puesto a jornada completa.