La Feria es como la vida misma, incluso en cuestiones como la política. Y si uno se fija en los detalles de la Feria, incluso puede llegar a comprender algo de la vida y de la política. O si no, fíjense en la caseta de la CNT (al ladito de la del Córdoba CF), inasequible al desaliento, tirando para adelante con o sin público (que por cierto, es muy trasnochador) y con un programa de cantautores, actuaciones y peroles que ya lo quisieran muchos.

Pero entrando en casetas de partidos propiamente dichos, ahí está sólida como una roca, indestructible tras cada Feria, la del PP, una carpa histórica en la Feria dividida en dos ambientes, uno familiar y otro nocturno. Con un público fiel a más no poder.

También la del PSOE tiene unos parroquianos fijos y es el segundo año en que le está dando un gran resultado el sistema de dividir la caseta en tres ambientes, separadísimos, pero entre los que cada cual se pasa a otro cuando lo estima. Así, en el PSOE uno puede estar en La Judería (familiar y muy de comidas), en La Rosa (para el poderío andaluz de la tarde) o en El Cosso, joven y para apurar la fiesta a tope. No me digan que, con un poco de picardía, no se presta para sacar ciertos paralelismo políticos.

Y luego está el siempre animado Rincón Cubano, de la caseta del PCA, clásico entre los clásicos de la Feria, en un entorno que año tras año va perdiendo casetas hasta haberse quedado casi sola al final de la calle Guadalquivir. Siempre animada y haciendo religiosamente los turnos de trabajo sus afiliados. Esta caseta ni se compra ni se vende. Pero sola y sin confluir, al menos, hasta que Podemos tenga domicilio en El Arenal, que aun así habría que ver dónde se coloca y cuántos metros cuadrados tendrá su casa en El Arenal para no quedarse ni corta ni parecer ostentosa, que eso lo están mirando mucho.

DEL PCA A CS / También es cierto que, al menos este año, la caseta del PCA está menos aislada con la camioneta para celiacos que se ha instalado en frente, el nuevo estanco de la Feria y… la caseta de Ciudadanos, con los que confluir, lo que se dice confluir… no confluyen mucho. Pero ahí están.

La de Cs es una caseta en la que, de entrada, no se le atisba su carácter político con su sobrenombre de El azahar y su marcado ambiente familiar y clásico en esta primera edición. Ya veremos cómo evoluciona en el futuro. Fíjese en un detalle: está ligeramente retranqueada sobre la línea de fachada del resto de casetas de la calle Guadalquivir, como si hubieran llegado con cierta timidez a El Arenal… Veremos el año que viene si, como dicen las encuestas electorales, la caseta saca pecho.

Por cierto, y hablando de la próxima edición, hay que recordar que toda la Feria transcurrirá en la recta final de las elecciones municipales. Prepárense porque será la fiesta el mayor campo de batalla político y se combatirá por el voto caseta a caseta. Otra muestra de que la Feria es el reflejo mismo de su ciudad.